El Rey Juan Carlos y la Reina Sofía, ante el Congreso en noviembre de 1975
El Rey Juan Carlos y la Reina Sofía, ante el Congreso en noviembre de 1975 - AFP

Juan Carlos I, según la CIA: de no tener poder a ser «motor del cambio»

Entre los millones de documentos hechos públicos ayer por la CIA se desvela cómo la inteligencia de EE.UU. cambió su percepción del impacto del monarca en la Transición

Corresponsal en Nueva York Actualizado: Guardar
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En agosto de 1974, con la dictadura de Francisco Franco en sus últimos estertores, la inteligencia de EE.UU. no veía al entonces Príncipe Juan Carlos como una figura capaz de navegar los cambios políticos que se anticipaban en España. «La embajada, sin embargo, duda de que el príncipe ostente ningún poder real», aseguraba un cable de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en sus siglas en inglés) enviado desde España el 3 de agosto de aquel año, después de que se supiera que Juan Carlos presidiría el Consejo de Ministros de aquella semana, por la mala salud del dictador. El documento contradecía una información de «The New York Times» de aquellos días, que sí otorgaba poder al heredero, y reafirmaba que Juan Carlos seguía «bajo la sombra de Franco».

La misiva está dentro de la masiva desclasificación de documentos que ayer ejecutó la CIA. Entre los doce millones de comunicaciones de la inteligencia estadounidense ahora al alcance del público hay numerosas referencias a España y se puede ver cómo la CIA cambió su diagnóstico inicial sobre el monarca.

En un informe fechado el 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte de Franco, se anuncia la proclamación de Juan Carlos como rey y se pronostica el futuro político de España. Los agentes de la CIA dejan claras las ansias aperturistas del nuevo monarca, que ha mantenido encuentros con líderes reformistas dentro y fuera de España y que pretende «resistir con firmeza» cualquier intento de colocarle como continuador de la dictadura. Sin embargo, «hay poco entusiasmo en España por Juan Carlos o la monarquía», asegura el cable, aunque el acuerdo es amplio para apoyarle «ante la falta de una mejor alternativa». El informe espera que, con la apertura política hacia la democracia, el monarca «gane en aceptación».

Las expectativas sobre Juan Carlos entonces siguen siendo bajas: «El desafío es formidable, y estamos muy lejos de creer que tenga las cualidades para superarlo».

Algunos años después, la percepción es diferente. España avanza, a pesar de las dificultades y de las crisis políticas, en su democracia, ha resistido un golpe militar y ha colocado un Gobierno socialista en una transición pacífica. A comienzos de diciembre de 1982, la CIA califica ahora a Juan Carlos de «factor clave para la estabilidad de las instituciones democráticas» y de «motor del cambio» en la disolución pacífica de la dictadura franquista. Sobre todo, da importancia a su capacidad para atar en corto a los poderes militares -«ha actuado en muchas ocasiones de «pararrayos» ante el descontento militar», asegura- y reconoce su importancia en el control del golpe del 23-F.

El rey era solo uno de los intereses de los agentes en territorio español. En otros cables hay referencias a la importancia geoestratégico de España en la Europa de la Posguerra, o a la configuración de los primeros Gobiernos democráticos tras la dictadura. Según los informes, Felipe González contempló la posibilidad de gobernar en coalición con un partido moderado o con una formación regional tras las elecciones de 1982 no dar la sensación de ser un gobierno muy radical.