Pablo Iglesias el pasado sábado en San Sebastián
Pablo Iglesias el pasado sábado en San Sebastián - EFE

Iglesias se hace fuerte ante el PSOE y sus críticos pese a la caída en votos en Galicia y País Vasco

El líder y Echenique lanzan un mensaje de fuerza a favor de la coalición con el PSOE

Madrid Actualizado: Guardar
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Podemos perdió en las elecciones vascas y gallegas más de 220.000 votos respecto a las elecciones generales. Sin embargo, el descalabro socialista, que posibilitó un pírrico sorpasso, y el fracaso de Ciudadanos al no lograr siquiera representación, han permitido a los de Pablo Iglesias presentar un balance casi triunfal de las elecciones del domingo.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, hizo una lectura nacional de los resultados y se sirvió de los mismos para refrendar sus tesis que reclama una relación «de igual a igual» con el PSOE: «Ha quedado demostrada una cosa: el PSOE solo no puede. Está por detrás de nosotros en Euskadi y Galicia», señaló Iglesias. La apuesta de Iglesias es clara: si se abre una negociación para una hipotética investidura de Sánchez Unidos Podemos tiene que formar parte del Gobierno, distanciándose así de lo que opinan otras personas de su partido.

La pasada semana Íñigo Errejón o Carolina Bescansa quisieron dejar la puerta abierta a la posibilidad de que este apoyo se produjese sin entrar en el Ejecutivo. También se ha mostrado partidaria de ello la líder andaluza, Teresa Rodríguez.

En este sentido, Iglesias pidió a Sánchez que «sea valiente» para alcanzar un acuerdo «y hacer un gobierno juntos». No obstante, el líder de Podemos cree que va a haber movimientos para apartar a Pedro Sánchez del liderazgo del partido y consideró que sería «una mala noticia» que la presidenta del Andalucía, Susana Díaz, alcanzase la secretaría general del PSOE porque «pertenece al sector más conservador y está más cerca del PP que de Podemos». Iglesias advirtió al PSOE de su decisión porque cree «que en España hay mucha gente que no perdona eso de aliarse con el PP».

Posición de fuerza

Iglesias recibió ayer el apoyo del secretario de Organización, Pablo Echenique, respecto al tipo de acuerdo que deberían alcanzar con el PSOE. Echenique se mostró favorable a una coalición y no a un Ejecutivo «monocolor».

Tanto Iglesias como Echenique se esforzaron ayer por desvincular lo sucedido en Castilla-La Mancha con la situación nacional o con lo que pueda pasar en otras autonomías. «La lectura es puramente autonómica», señaló Echenique. Sin embargo, la consigna no llegó a la portavoz parlamentaria de Podemos en Baleares, Laura Camargo, que aunque reconoció que la situación no era la misma que en Castilla La Mancha advirtió que «si no hay este golpe de timón que hemos pedido, tendremos que valorar cómo evoluciona la situación».

No hay que olvidar que el secretario general de Podemos Castilla-La Mancha, José García Molina, estaría enmarcado dentro de quienes mantienen una fidelidad total con Pablo Iglesias.

Pese al intento de Iglesias y Echenique de circunscribir la decisión de García Molina al ámbito autonómico, algunas voces en el partido reconocían que el movimiento tenía clara intenciones i implicaciones en el ámbito nacional. El silencio de Errejón ayer a este respecto fue elocuente. El movimiento de ayer se hace por parte de un muy afín a Iglesias y contra uno de los barones más críticos con Pedro Sánchez. Con esta jugada, el mensaje de ayer fue claro: los acuerdos sin entrar en los Gobiernos no funcionan. En su discurso de clausura de la Universidad de Podemos del pasado domingo Iglesias planteó que él no apoyaría al PSOE solo «a cambio de un programa muy social» porque es tan importante qué se pacta como quién lo desarrolla. Y lo ejemplificó diciendo que él no se fiaría mucho de Jordi Sevilla como ministro de Economía sea cuál sea el programa pactado.

Echenique se permitió ayer aventurar que cree que hay más personas en Podemos favorables a compartir Gobierno con Sánchez: «Hay una mayoría importante en favor de la opción que he puesto encima de la mesa como opinión personal, aunque no lo hemos votado explícitamente y no puede ser más que una percepción».

El secretario de Organización de Podemos aseguró que la decisión final la tendrían las bases. «Estas decisiones no las toman los órganos de dirección de Podemos. Si hay un acuerdo de gobierno o de cualquier otra cosa que tenga que ver con la forma de un gobierno, lo votarán todos los inscritos». No obstante Echenique condicionó cualquier consulta a que el PSOE se mueva finalmente, porque de lo contrario estaríamos ante «un debate sobre futuribles y desde el punto de vista práctico tiene muy poco peso. No se puede votar nada si no hay nada encima de la mesa. Sería votar sobre quimeras. No hay nada que votar porque no nos han comentado por qué opción apuesta el PSOE».

Y pese a que múltiples dirigentes sí han considerado posible no entrar en un Gobierno, E chenique obvió esas sensibilidades, asegurando no haber oído «a los que puedan defender alguna opción distinta, los que puedan defender un gobierno monocolor y basado en una base tan débil como son 85 diputados». Se preguntó qué ventajas tendría y dijo «no haber conseguido encontrarle ninguna justificación a esa hipótesis que se plantea».

8 de octubre

Todo queda por tanto a la espera de cómo sale el PSOE de la reunión de su Comité Federal el próximo sábado. Podemos convocará el 8 de octubre a su Consejo Ciudadano Estatal, que es el máximo órgano del partido entre Asambleas y que se convoca cada tres meses. El último se celebró el 9 de julio para abordar el análisis de los resultados electorales.

En esa reunión, que probablemente esté precedida por una previa de los líderes autonómicos, está inicialmente prevista para analizar los resultados de los comicios vascos y gallegos, pero en la dirección no ocultan que en esa reunión se discutirá esa relación sobre cómo debe desarrollarse su relación con el PSOE, si es que para entonces Pedro Sánchez ha conseguido imponer su hoja de ruta en su partido y emprende la búsqueda de un Gobierno alternativo.

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