Cao de Benós, junto al director Álvaro Longoria, en el Festival de Cine de San Sebastián de 2015
Cao de Benós, junto al director Álvaro Longoria, en el Festival de Cine de San Sebastián de 2015 - EFE

Cao de Benós: «En Corea del Norte me ven como un héroe, me quieren mucho»

«En España despierto curiosidad», comentaba a ABC durante el último Festival de San Sebastián

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En una edición donde las estrellas brillaron por su ausencia, la de Alejandro Cao de Benós, el «embajador» español de Corea del Norte, resultó una de las presencias más llamativas en la edición de 2015 del Festival de Cine de San Sebastián. Cao de Benós, uno de los arrestados este martes en una operación de la Guardia Civil contra el tráfico de armas prohibidas, se paseó por la alfombra roja donostiarra de la mano de Álvaro Longoria, director de «The propaganda game».

El documental abría una ventana al país asiático con Cao de Benós como omnipresente anfitrión, a lo largo de un metraje donde quedaba claro que Longoria había tenido que ceñirse a un itinerario muy estricto y fijado de antemano.

Un filme donde no faltaban voces que afirmaban que algunas escenas, como una misa católica, no pasaban de ser un montaje.

Para Cao de Benós resultó la ocasión ideal para, en línea con el título del documental, hacer «propaganda». Rezumaba satisfacción. Sus sensaciones eran «fantásticas» y no tenía duda de que el lagrometraje iba a cambiar la percepción sobre Corea del Norte: «¡Ya la está cambiando!», afirmaba en conversación con ABC durante el certamen. «Yo no tengo ni idea de cine, solo sé de relaciones internacionales», se excusaba antes de describir uno de los pases: «El público aplaudió de forma fervorosa en tres ocasiones». E insistía: vVa a ser un game changer respecto a cómo se trata la información de Corea».

Cao de Benós insistía una y otra vez en denunciar la supuesta «manipulación» de la realidad norcoreana en los medios internacionales y por eso estaba encantado con «The propaganda game»: porque veía una posibilidad de exhibir al mundo su versión de los hechos. «Lo que más me ofende es que hay personas que se han creído, por desgracia, por esa propaganda que aparece en prensa, que el pueblo coreano no cree en sus ideas, que está oblgiado a creer en un sistema socialista. Siempre digo: no se podría mantener si no tuviera el apoyo del pueblo», afirmaba.

«Algunos me dicen: "estás loco"»

Pregunta tras pregunta se percibía la imposibilidad de moverle de su discurso: «En Corea la gente cree en su sistema. Eso es lo que más me fastidia. Cuando esas personas que no saben nada sobre el país hablan en nombre del pueblo coreano y dicen que están oprimidos y les están obligados». Y añadía una reflexión con tintes amenazantes: «Si esa persona fuera a Corea, me gustaría ver si tiene el valor, que no lo tendría, se lo aseguro, de decirlo en Pyongyang. Saldrían por lo menos escaldados».

No menos satisfecho se mostraba Cao de Benós por el impulso mediático del documental hacia su figura. «Ya me pasaba, pero me va a pasar más”, aseguraba con un punto de orgullo. «En alguna ocasión, dos o tres veces, alguien me ha dicho algo como "estás loco". Pero la mayoría de la gente es muy positiva, receptiva, agradable y te preguntan, están interesados, muestran un respeto increíble, que muchas veces no muestra la prensa», volvía a enviar una andanada a su gran obsesión, los medios de comunicación occidentales.

La imagen que demostraba tener de sí mismo quedaba reflejada al ser preguntado por cómo le perciben en Corea del Norte. Esta era su respuesta: «Me perciben como un camarada. Primero como un camarada, como un compañero, que intenta ayudar en lo que puede para el desarrollo del país. Aun no habiendo nacido en ese país, en origen, en muchos casos me ven como un héroe, defensor de nuestra política, de nuestra filosofía, de nuestra forma de vida. Sobre todo me quieren mucho. En cualquier sitio al que voy me quieren invitar a comer, me quieren agasajar, llevarme a su casa. Se nota mucho ese cariño que siente la gente hacia mí».

¿Y en su país, en España? «Lo que despierto es curiosidad. Suele ser lo primero que respondo: cómo un español, una persona que ha nacido en España, se convierte de repente en el primer y único representante de la República. Y esa curiosidad inicial de cómo llego, cuáles son mis orígenes, provocan esa curiosidad. Soy un personaje curioso o fascinante o interesante». De nuevo, se mostraba orgulloso de haber suscitado ese interés en todo un Álex De la Iglesia, presente en el festival con «Mi gran noche». «Le decía a Álvaro: Me tenéis cautivado». «Creo que esa frase un poco define lo que se siente en general cuando se ve algo tan exótico».

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