El cara a cara Rajoy-Sánchez en los cuatro bloques

Tensión y duro choque por los casos de corrupción

La corrupción fue el arma más importante que utilizó Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy, pero se le fue de las manos y obtuvo una respuesta contundente de Rajoy, visiblemente molesto por las acusaciones personales. «Debió dimitir después del SMS a Luis Bárcenas». «Tenía que haber presentado una moción de censura. Y me hizo 23 preguntas orales y jamás me lo pidió en el Congreso», le respondió Mariano Rajoy. El candidato del PP respondió de forma contundente: «Jamás me ha citado nadie a ningún juzgado, mis declaraciones son públicas, no me dedico a la política por dinero. Cuando más dinero he ganado ha sido cuando me he dedicado a mi profesión, no a la política. Usted va a perder estas elecciones. De eso se puede recuperar, pero no de una afirmación ruin, mezquina y miserable que ha hecho hoy aquí. No estoy dispuesto a aceptarle nada de lecciones de honradez». «Mi-se-ra-ble», repitió Rajoy.

Sánchez aseguró que él es un político «limpio». «Yo cobro 88.000 euros brutos al año. Usted cobraba como líder de la oposición, 239.084 euros, con sueldos y sobresueldos». «Y ahora cobro menos que usted», dijo Rajoy. El jefe de la oposición aseguró que la diferencia entre uno y otro es abismal: «Yo sí que no estoy para ganar dinero en política». Rajoy señaló que él gana 78.000 euros, «como presidente del Gobierno gano menos que usted. Usted es ruin, mezquino y miserable», repitió el presidente del Gobierno.

«Si usted está desesperado por la situación, puede utilizar otro tipo de argumentos, pero no le acepto esto», advirtió Rajoy, quien repitió los tres adjetivos una y otra vez, en el momento más tenso del debate.

El moderador, Manuel Campo Vidal, redirigió el debate al asunto de Cataluña. Pero Sánchez insistió con la corrupción, con los sueldos de uno y de otro y con que tenía que haber dimitido hace dos años. «Lo que no voy a permitir es que me insulte», se defendió Rajoy. Sánchez no supo, o no quiso, frenar el ataque frontal. «Soy un político decente y nunca nadie me ha hecho una acusación de una conducta irregular». «Pues yo se la hago», dijo Sánchez, lanzado contra el candidato del PP con interrupciones constantes. «Por eso es ruin, mezquino y miserable», repitió Rajoy, quien luego se dedicó a recordar las leyes contra la corrupción aprobadas, pero no hizo sangre con los escándalos que afectan al PSOE.

Rajoy ofrece más trabajo y Sánchez más derechos

El primer bloque del debate era, en teoría, el punto fuerte de Rajoy, y el más débil de Sánchez, que sigue arrastrando una herencia del PSOE que dejó España al borde de la quiebra, como le recordó en seguida el candidato del PP. Pero el aspirante socialista jugó sus cartas, y desde el minuto uno sacó a relucir la pérdida de derechos laborales, la corrupción y los nombres de Rato, Bárcenas y Granados, como armas arrojadizas. Sánchez aseguró que el Gobierno de Rajoy sí había pedido el rescate y que la recuperación se debía a los «vientos favorables», al menos en un 50 por ciento.

Rajoy se centró en el empleo, y en el objetivo de crear dos millones de puestos de trabajo en los próximos cuatro años. Y respecto al rescate financiero, contraatacó: «Si hubiéramos dejado quebrar a los bancos, quién hubiera pagado los depósitos y los fondos de inversión». Pero lo cierto es que el presidente del Gobierno dejó sin explicar por qué España no había pedido rescate.

El presidente y candidato del PP calificó de «poco sensatas» las acusaciones de Sánchez, porque la España de hoy nada tiene que ver con la de 2011: entonces había recesión, y ahora crece al 3,4 por ciento. Además, frente a los 3,4 millones de empleos que se perdieron en la legislatura anterior, recordó que se han creado un millón entre 2014 y 2015.

La mano de Rubalcaba se dejó ver en las formas de Sánchez, quien no se cansó de acusar a Rajoy de mentir y de no decir la verdad. «Más de milagro económico, habría que hablar de misterio digno del Cuarto Milenio», comentó con una frase bien estudiada. Sánchez interrumpió una y otra vez en este bloque, ante un Rajoy, en la primera parte, demasiado respetuoso en las formas, hasta que empezó a reaccionar: «Ustedes quieren pintar una España tenebrosa y ocultan los avancen de los últimos tiempos».

«El PSOE promete mucho y luego pagamos los demás»

Al hablar del Estado del bienestar, el candidato socialista acusó al Gobierno de Rajoy de congelar las pensiones, de no bajar los impuestos y de impedir el derecho de las mujeres a ser madres. El presidente y candidato del PP no dio crédito a todo lo escuchaba, y así se lo hizo saber: «Conviene decir la verdad», le aconsejó. Explicó que el único partido que ha congelado las pensiones en España ha sido el PSOE, la anterior legislatura, mientras que el PP «las ha subido todos los años». También que el Gobierno ha bajado el IRPF «dos veces este último año», y por último le exigió que explicara en qué ha recortado él el derecho de las mujeres a ser madres. Pero Sánchez no respondió.

«Hemos librado a España de un rescate que hubiera sido letal para las pensiones», subrayó Rajoy, quien preguntó a su rival por qué el PSOE no dotó el fondo de pensiones en 2009 y 2010, cuando se podía. Sánchez se limitó a insistir en que sí que hubo rescate, uno de sus mantras en el debate.

Resultó muy sorprendente para Rajoy que Sánchez le acusara de «romper al pacto educativo» al aprobar la Ley de Calidad de la Educación, cuando en España jamás ha habido un pacto de esa naturaleza, y solo había habido, hasta esta legislatura, leyes socialistas en este terreno. El PP sí aprobó una ley con Aznar, pero cuando ganó el PSOE la derogó por decreto en 48 horas, antes de que entrar en vigor, como recordó Rajoy. «Vamos a acabar con su política educativa, que es paradigma de la mala educación», insistió Sánchez.

El socialista atacó así a Rajoy, por la dependencia: «Han muerto 100.000 dependientes a la espera de las prestaciones a las que tenían derecho». Rajoy aseguró que ahora mismo hay 40.000 dependientes más atendidos que en el año 2011.

Los refugiados sirios, arma arrojadiza socialista

La política exterior no sirvió de tregua en el debate. Al contrario, Pedro Sánchez aprovechó para atacar a Rajoy por su política europea y por la gestión del problema de los refugiados: «Usted plantea una política europea contraria a los valores de la mayoría de los ciudadanos españoles», acusó Sánchez. «Mi compromiso es recuperar la voz en la construcción europea y política exterior».

Rajoy fue tomando nota de las acusaciones, aguardó a su turno y señaló que iba a responder «a cuatro mentiras» que acababa de proferir Sánchez: «Que yo me opuse a aceptar refugiados en España es absolutamente falso. Quienes se opusieron fueron algunos países del Este. Jamás comparé a un terrorista con un refugiado de Siria. Tercera mentira: yo no he planteado la salida de Grecia del euro. Y cuarta mentira: la política de austericidio es la política europea que se introdujo en el artículo 135, en el que coincidimos el PSOE y el PP. Son cuatro mentiras en minuto y medio».

Rajoy recordó que sus prioridades la próxima legislatura son la lucha por el empleo, las pensiones, la lucha contra el terrorismo yihadista y la defensa de la unidad de España. Respecto al terrorismo destacó que lo más importantes es la unidad.

La ayuda al desarrollo fue un motivo más de ataque de Sánchez a Rajoy, a quien acusó también de recortar derechos a los inmigrantes. Y propuso algo asombroso para Rajoy, como hizo ver: acabar con el voto rogado en el exterior, que ha dificultado el voto de los que están fuera en España. El presidente recordó que se aprobó cuando gobernaba PSOE.

El debate derivó a la economía en su recta final, con acusaciones de recortes por parte de Sánchez, en concreto en las prestaciones por desempleo. Rajoy aseguró que no era cierto, y acusó a su adversario de decir mentiras de forma constante.