El gobernador del Banco de Portugal (BdP), Carlos Costa (c) durante la rueda de prensa celebrada en Lisboa, Portugal hoy 31 de marzo de 2017 para anunciar la venta del Novo Banco al fondo estadounidense Lone Star
El gobernador del Banco de Portugal (BdP), Carlos Costa (c) durante la rueda de prensa celebrada en Lisboa, Portugal hoy 31 de marzo de 2017 para anunciar la venta del Novo Banco al fondo estadounidense Lone Star - EFE

Portugal cierra la venta del 75% de Novo Banco a Lone Star por 1.000 millones de euros

La cifra global queda muy por debajo de los 4.900 millones que Lisboa tuvo que poner tras la quiebra del Espírito Santo, la entidad que le dio origen

Corresponsal en Lisboa Actualizado: Guardar
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El Banco de Portugal (BdP) ha hecho oficial el cierre de la venta de Novo Banco al fondo estadounidense Lone Star por 1.000 millones de euros. Una operación que concluye muy por debajo de los 4.900 millones que hubo de poner sobre la mesa el Estado para evitar el colapso de la banca lusa cuando quebró Espírito Santo, la entidad que antecedió a la que ahora cambia de manos.

Ha sido la mayor pesadilla financiera del país vecino desde 2014, aunque no la única (léanse Caixa Geral de Depósitos, Banif, BPI, Millennium BCP)… y su vital importancia requirió la comparecencia expresa del primer ministro, el socialista António Costa, a última hora de este viernes 31 de marzo, fecha tope para dar por zanjado un acuerdo y no alargar más la incertidumbre para los mercados.

Fue el propio gobernador del BdP, Carlos Costa, quien aclaró los términos de un acuerdo que desemboca en un 75% de las acciones para Lone Star, mientras que el restante 25% seguirá con titularidad estatal a través del Fondo de Resolución.

«La rúbrica del contrato permite cumplir el plazo de venta fijado en los compromisos asumidos por el Estado junto con la Comisión Europea», aseguró.

Además de los 1.000 millones estipulados, la firma norteamericana se encargará de efectuar inyecciones de capital por un valor global de otros 1.000 millones de euros, de los cuales 750 se aportan al echar la persiana de la operación y los otros 250 millones de aquí a tres años.

Todo indica que tanto el Banco Central Europeo como la Comisión Europea darán su visto bueno definitivo ya que los movimientos articulados en las últimas semanas así parecen presagiarlo.

El descontento de los dos socios radicales del Gobierno socialista, los comunistas y el Bloco de Esquerda (coalición próxima a Podemos), lleva manifestándose desde el pasado 27 de marzo, cuando se anunció que faltaban únicamente unos flecos para que el negocio se convirtiese en realidad. Incluso han amenazado con bloquear todo vía iniciativas parlamentarias o tomándose la revancha en los próximos asuntos que el PS quiera sacar adelante.

La caída del banco más emblemático

Por su parte, el discutido Banco de Portugal se afana en proclamar: «Esto es un paso más en la estabilización del sector bancario nacional, para la cual es beneficiosa la diversificación de fuentes de financiación impulsada por la entrada de nuevos inversores. Este desarrollo permite también reforzar la credibilidad del sector gracias a este desenlace exitoso en un proceso de venta transparente, abierto y de alcance internacional a través del correspondiente concurso».

Pero el camino hasta aquí ha estado jalonado con más espinas que rosas, como demuestra el hecho de que, en su primer ejercicio, Novo Banco presentase un perjuicio económico de 468 millones de euros, lo que ponía en entredicho la estrategia oficial diseñada para que el anteriormente banco emblemático del país (como demostró en una no lejana campaña publicitaria asociándose a la imagen triunfal de Cristiano Ronaldo) pudiera beneficiarse de nuevas sinergias.

La alta cantidad, referida a su periodo inicial de operaciones entre agosto y diciembre de 2014, hizo que el índice de solvencia financiera de la entidad cayera estrepitosamente del 10,3% al 0,6%.

Llegó a temerse entonces incluso un desplome, solo varios meses del agujero descubierto en Espírito Santo cuando se encontraba al frente Ricardo Salgado. De hecho, la investigación judicial aún no ha terminado, tal es la dimensión de las irregularidades que salieron a la luz, plagadas de incógnitas y enigmas sobre su conexión con el poder político.

«Gatillazo» chino

Posteriormente, llegó a vislumbrarse una solución a la china, pero el gigante Minsheng, afectado por los vaivenes del inmenso mercado asiático, no llegó a presentar los avales económicos requeridos para liderar una posible adquisición. Y todo debido a la retirada por sorpresa de Haitong Bank, que iba a financiar la operación y mostró a última hora sus dudas sobre la misma. Su propuesta tenía previsto quedarse con el 50% de la entidad y dispersar la otra mitad entre diversos inversores.

Pero la salida del banquero portugués José María Ricciardi de la cúpula de Haitong dio un vuelco al panorama. Ahí Lone Star se permitió dar un ultimátum a Lisboa, argumentando que su oferta caducaría a fecha del pasado 4 de enero.

El ‘gatillazo’ chino hizo que todo cambiase en cuestión de días. Y ahí comenzó a hablarse de ampliar el plazo para cerrar la venta de Novo Banco hasta agosto de 2017.

La diputada del Bloco de Esquerda Mariana Mortágua ya avisó meses atrás de que «no será con el voto del BE que se aprobará vender un banco porque ya sabemos que se trata de una decisión mala para los contribuyentes». Y agregó: El Gobierno no debería vender Novo Banco ni ahora ni nunca. Si hay una separación entre activos buenos y malos, que sea imputada a los accionistas. Pero no podemos continuar limpiando bancos para entregarlos a manos privadas”.

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