Novo Banco fue creado en 2014 con los activos sanos del rescatado Banco Espírito Santo (BES)
Novo Banco fue creado en 2014 con los activos sanos del rescatado Banco Espírito Santo (BES) - EFE

Portugal ultima la venta de Novo Banco

Lone Star y el consorcio Apollo-Centerbridge son las únicas firmas en la puja final por la entidad, que se podría resolver esta semana

MADRID Actualizado: Guardar
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El Gobierno de Portugal ultima la venta del nacionalizado Novo Banco, creado en 2014 con los activos sanos de Banco Espírito Santo (BES) tras el rescate de este grupo financiero por 4.900 millones de euros con dinero público (3.900) y privado (1.000). Según la prensa lusa, únicamente los fondos de capital riesgo Lone Star, por un lado, y Apollo y Centerbridge en alianza por el otro, han llegado a la puja final. El primero de ello parte como favorito.

Las autoridades portuguesas podrían tomar una decisión final esta misma semana tras considerar las ofertas recibidas. Y es que Lone Star, que habría ofrecido 750 millones por la entidad y el compromiso de inyectarle en el futuro otros 750, ha exigido que la operación se cierre hoy mismo.

De lo controario, y según el diario financiero portugés «Jornal de Negócios». En todo caso, no se descarta que el consorcio formado pro Apollo-Centerbridge pueda mejorar su oferta en la recta final de la puja.

La firma que parece haber desaparecido del proceso de subasta la china Minsheng, que inicialmente manifestó su interés pero no llegó a presentar los los avales económicos necesarios para garantizar a las autoridades lusas que dispone del capital necesario para abordar la compra; no es algo baladí: la oferta del grupo asiático parecía ser la más sustanciosa.

La intención del Banco de Portugal con esta venta es evidentemente maximizar la recuperación de las ayudas públicas inyectadas al grupo financiero. Sin embargo, a la vista de las cifras filtradas nadie parece estar dispuesto a pagar el total de lo comprometido en el rescate. De hecho, el elevado precio que pretendían obtener las autoridades, y su negativa a conceder nuevas ayudas para su absorción, ha sido una de las cuestiones que ha alejado a los bancos españoles del proceso de adjudicación. El Santander, por ejemplo, llegó a presentar una oferta no vinculante; el pasado verano se retiró de la puja.

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