Jante Yellen, presidenta de la Reserva Federal
Jante Yellen, presidenta de la Reserva Federal - REUTERS

La Reserva Federal sube los tipos hasta el 0,5% y cumple las expectativas

El banco central de EE.UU. eleva el precio del dinero por primera vez en casi una década y advierte de que la evolución al alza será «gradual»

Corresponsal en Nueva York Actualizado: Guardar
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Es el fin de una era. Ayer se cumplían con exactitud siete años desde que la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) situó los tipos de interés tan bajos como pudo, en un nivel cercano a cero. Era el 16 de diciembre de 2008 y el Comité Federal del Mercado Abierto de la Fed (FOMC, en sus siglas en inglés) reaccionaba a la peor crisis financiera que vivía la economía estadounidense desde la Gran Depresión de 1929. EE.UU. se desangraba con las consecuencias del estallido de la burbuja inmobiliaria y la quiebra en cadena de varios gigantes financieros. El paro se disparaba, la economía se contraía. La Fed, dirigida entonces por Ben Bernanke, bajaba los tipos e inyectaba cantidades ingentes de dinero en el sistema financiero para detener la hemorragia.

Siete años después, la autoridad monetaria puso ayer el punto final a esa política de tipos muy bajos, que la teoría económica reserva para situaciones extraordinarias. Era una decisión esperada, con la que todo el mundo contaba, que los mercados ya anticipaban con subidas antes de su anuncio, y que se resolvió en un comunicado de la Fed.

«El Comité considera que ha habido una mejora considerable en las condiciones del mercado laboral este año, y tiene una confianza razonable en que la inflación crecerá, a medio plazo, al objetivo del 2%», explicó la Fed para justificar un alza de los tipos al nivel de entre el 0,25% y el 0,5%, un 0,25% más.

Se trata de la primera subida de tipos aprobada por la Fed desde mediados de 2006, antes de que estallara la crisis financiera en 2008, y, como incide la autoridad monetaria en su comunicado, se apoya en la mejoría económica de EE.UU. Los tipos bajos han contribuido a que la economía estadounidense haya encadenado crecimientos en los últimos 78 meses, el quinto periodo más largo de expansión económica registrado. Una medida económica fundamental para la Fed, el desempleo, también ha experimentado grandes mejoras: en el peor momento de la crisis, se situó en el 10%, y ahora ha caído a la mitad, en el entorno del 5%.

Donde los datos son menos claros son en la inflación, un indicador que sigue por debajo de lo esperado y que los contrarios a la subida de tipos citan para oponerse a la medida. Desde hace mucho tiempo la Fed ha confiado en que la inflación volverá al nivel del 2%, pero eso no se ha producido. La subida de tipos podría ser un obstáculo para ello y contribuir a un estancamiento de la economía.

Hasta doce veces menciona la palabra « inflación» la Fed en los cinco párrafos de su comunicado -en el que que los analistas diseccionan cada palabra para descifrar las intenciones de la autoridad monetaria- y concluye que las próximas subidas de tipos serán «graduales», que los tipos permanecerán bajos «a largo plazo» y que «seguirá con atención» la evolución de la inflación.

Las proyecciones de los miembros de la Fed -una media de la opinión individual de cada uno de los 17 componentes del banco central- dictan que los tipos estarán en el 1,375% a finales del año que viene, en el 2,375% a finales de 2017 y en el 3,25% dentro de tres años. Eso implica un ritmo de subida inferior a lo que proyectaban el pasado septiembre, lo que quizá tenga que ver con las dudas sobre la evolución de la inflación.

La presidenta de la Fed, Janet Yellen, no tardó en referirse a esta cuestión en su comparecencia ante la prensa tras el anuncio de la subida de tipos. En sus palabras, el bajo nivel de inflación tiene que ver con factores «transitorios» que esperan que desaparezca e insistió en la necesidad de no tardar a la hora de tomar decisiones como la subida de tipos.

El petróleo, a la baja

Como ayer sostuvo Yellen, gran parte de esta contención de los precios viene de la bajada del precio del petróleo, que ha alcanzado niveles tan reducidos que han sorprendido a la institución. De hecho, ante las perspectivas de que la Fed subiera tipos, el precio del barril de crudo de Texas volvió a bajar ayer hasta los 35 dólares.

«Las actuaciones en política monetaria tardan en tener impacto en los resultados económicos. Si el FOMC se retrasa a la hora de empezar la normalización monetaria, probablemente tendríamos que endurecer esta política abruptamente en algún momento para evitar un sobrecalentamiento e inflación de nuestra economía», justificó. Yellen quiso recalcar que la política monetaria sigue siendo acomodaticia, con tipos muy bajos, pero defendió que «la economía de EE.UU. ha mostrado una fortaleza considerable» para tomar la decisión.

La decisión de la Fed, aunque modesta en su alcance, abre un nuevo panorama para la economía de EE.UU. Habrá que ver si afecta al crecimiento, que ha sido sostenido pero modesto para el amplio periodo de tipos cercanos a cero, y que dependerá en buena parte de la fortaleza en el consumo. También se evaluará su impacto sobre el mercado laboral -el principal sindicato se opuso a la subida de tipos- y, sobre todo, será un termómetro para medir si EE.UU. tiene la fortaleza suficiente para regresar paulatinamente a una economía sostenible, con menor asistencia de la Fed. En caso afirmativo, marcará un rumbo distinto al de otras potencias económicas -Europa, Japón o China-, en las que sus bancos centrales siguen recetando programas de estímulo sin precedentes.

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