poster Vídeo
afp
Torneo de Pekín

Djokovic aún es demasiado para este Nadal

El serbio vence en la final de Pekín por 6-2 y 6-2, un resultado excesivo pese a las mejorías del español en esta semana para la esperanza

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Novak Djokovic66
12345
Rafael Nadal22

De la derrota, Rafael Nadal puede extraer conclusiones positivas. Ha perdido en la final de Pekín contra Novak Djokovic de manera contundente (6-2 y 6-2), presumible el desenlace si se atiende a los momentos de uno y otro, pero ha ganado en autoestima, motivos para volver a creer después de una buena semana en el corazón de China. No se puede decir que el mejor Nadal ha vuelto, ni mucho menos, pero va por el camino apropiado. Falta que lo confirme ahora en este tramo final de temporada, aunque el líder de la ATP está lejísimos. [En directo, Nadal-Djokovic]

El balear disputó el domingo el mejor partido de la semana, seguramente, pero aún no le da para tumbar a Djokovic, ni siquiera para hacerle cosquillas.

El serbio es tremendamente superior a cualquiera del circuito y lo expresa con una simpleza aplastante. Nada más empezar el pulso, rompe el saque del español y la vida resulta mucho más sencilla cuando el viento sopla a tu favor. Además, Djokovic no titubea en esta nueva etapa como rey del planeta tenis y salva los momentos críticos como los del sexto juego de la primera manga.

Hay intercambios interesantes y golpes que iluminan a Nadal, que por fin entiende que es peligroso cuando juega más cerca de la línea de fondo y no tres metros por detrás. Cuando el punto es reñido, lo celebra con rabia intentando recuperar ese espíritu guerrero que parecía perdido. Nadal necesita festejar, sentirse otra vez él, pero se lleva un castigo excesivo con el 6-2 del primer parcial.

Le priva del champán un rival superlativo que ya se acerca en el cara a cara. Ahora son 23 triunfos en el bando del español por 22 del balcánico, interminable esta rivalidad que tiene más encuentros que ningún otro en la historia del tenis. El de Pekín no es el más bonito, desde luego, y mantiene la tendencia de los últimos tiempos. Djokovic ha ganado en siete de los ocho pulsos anteriores.

Nadal, ahora siete del mundo, entendió que era imposible al poco de empezar el segundo set. Volvió a tener sus opciones, pero perdió su servicio de manera irreparable en el tercer juego y encima tuvo problemas físicos. Se dolió del pie derecho y nunca pudo equilibrar la batalla, desbravada en un final gris y sin emoción.

En definitiva, Nadal cometió los mismos errores de los últimos meses, pero hizo mejor las cosas que antes no hacía. No hay sonrisas ni alegrías, pero sí una luz en la que creer. Aceptando que Djokovic está intratable, ahora se trata de empezar a creer y volver a ganar a los mejores. Al fin y al cabo, sigue siendo Rafael Nadal.

Ver los comentarios