CÁDIZ CF

Sosiego y esperanza

Semana de calma para un Cádiz CF que hace los deberes una vez más en una temporada exitosa

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Aitor celebra un gol con la elástica del Cádiz CF en el Nuevo Arcángel de Córdoba.
Aitor celebra un gol con la elástica del Cádiz CF en el Nuevo Arcángel de Córdoba.

En estas calendas crespas de diciembre, postrero mes de un año cuyo albor del estío albergó para el Cádiz CF el ansiado salto de categoría, la hinchada amarilla vive una semana feliz y placentera. Los tres puntos obtenidos en Córdoba otorgan el sosiego necesario para, alejada por el momento la sombra de amenazantes fantasmas, afrontar el futuro con plena confianza en las propias posibilidades. El objetivo de los cincuenta puntos, que posiblemente marquen la seguridad de la permanencia, se vislumbra ya con algunos peldaños menos que superar. Importante victoria que, como todas las alcanzadas en esta igualada categoría, no resultó nada sencilla de conseguir.

Tras unos primeros quince minutos de asfixiante presión amarilla a la salida de balón de los blanquiverdes, en los que el cuadro local se mostró sorprendido e imposibilitado para desarrollar su juego, el encuentro fue entrando en una dinámica marcada por unas fuerzas equilibradas, en la que el inicial ímpetu visitante se diluía de manera tan peligrosa como progresiva.

Hasta el punto que, salvados en un principio por la campana del descanso y por los reflejos de Cifuentes, nada halagüeño se presumía cuando el equipo recibía el mazazo del gol de penalti y se le advertía incapaz de llegar con peligro a la meta contraria.

Pero bastó con que Álvaro filtrara un buen pase vertical entre la adelantada defensa rival para que Ortuño evidenciara, una vez más, sus extraordinarias dotes de matador y para que el partido cambiase de rumbo a favor de los gaditanos. Circunstancia favorecida, en esta ocasión, por el acierto de los cambios realizados, pues la entrada de un entonado Rubén Cruz y del ya proclamado monarca del disparo a media distancia, como es Aitor García, otorgaron un aire renovado y letal al juego del equipo. Se merodeó la derrota y se encontró al final una contundente victoria. El infierno y la gloria, separadas únicamente por la delgada línea de los nimios detalles que concurren en un duelo.

Semana, pues, de calma y tranquilidad, sólo rotas por el inquietante rumor de posibles salidas de nuestros más destacados elementos. Que no pasen de mero rumor.

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