EL VUELO DE LOS FANTASMAS

El empate cosechado por el Cádiz la semana pasada contra el colista de la categoría, el Córdoba B, ha causado tal decepción en algunos medios de comunicación y en una parte de la afición, que los fantasmas de un nuevo fracaso rondan de nuevo por la cabeza de muchos.

Un postrero gol en el minuto noventa de partido, el que supuso el empate del filial blanquiverde, ha servido para buscar una cabeza visible a la que colocar los malos resultados del equipo actuando como visitante. Yo, que no me gusta ver fantasmas donde parece que no los hay, sólo veo circunstancias del juego en general y del partido en particular para explicar el pobre bagaje de puntos como visitante. Expulsiones en cuatro de seis partidos, tres goles pasado ya el minuto noventa, falta de efectividad de cara a portería contraria... en definitiva, circunstancias de la competición.

Pero hay quien quiere ver más allá de lo que son circunstancias futbolísticas en los malos resultados como visitante, y en este caso algunos apuntan a la mala relación del míster con uno de los jugadores bandera de este equipo, Perico. No seré yo quien ponga en duda la información que cada uno pueda manejar con respecto a esa relación, pero sinceramente, la suplencia en los últimos partidos del malagueño parece que puede estar relacionado más por temas físico-tácticos que por un tema personal entre jugador y entrenador. De ahí el mosqueo de Raúl Agné con el tema de marras en la rueda de prensa previa a este partido.

Pero como no hay mal que cien años dure, esto se calma y se olvida con dos victorias seguidas ante Balompédica y Sanluqueño, y si puede ser con buen juego, pues mucho mejor. Y es que no hay fantasma que resista la fuerza de los puntos y la clasificación.