La Colmena

The Hive' es la novela de moda. Ya sabe, de moda, como en su día lo fueron los Dan Brown, los Moccia, los Larsson, o Grey y sus sombras. Es decir, y para no andarnos con rodeos, 'The Hive' es la novela de la que pronto estaremos hablando todos. Aunque en este caso -ya me dará la razón- jugamos con ventaja. Después del porno para mamás, llega lo que realmente más nos pone a las mamás, la puerta del colegio. Sí. Una puerta de colegio por la que no sólo entran y salen nuestros adorados retoños, sino por donde entran y salen nuestros más bajos instintos. Usted conoce perfectamente de qué le hablo, ese grupito de las madres más madres que siempre están ahí, las que comparan, critican, protestan, confabulan y conspiran contra todo lo que se menee. Madres ociosas las ha llamado siempre mi marido. Madres desesperadas me parece más acertado. Madres que conviven a diario con unos niveles de exigencia por encima de lo razonable y lo saludable, con horarios imposibles, con todo en contra, pero dispuestas a plantar la bandera del 'nosinmihijo/a' en cualquier campo de batalla. Peleas, reconciliaciones, cumpleaños, envidias, celos, chantaje. la puerta de cada colegio es un mundo cotidiano.

Sí. Lo cotidiano nos pone, nos sube la adrenalina y hasta nos eleva los niveles de endorfinas porque al fin y al cabo, como dice la autora de la novela, «todo el drama y toda la comedia están ahí». Madres que esperan a sus niños en la puerta del colegio, como una legión de abejas afanadas con el aguijón siempre afilado.

Es verdad que echo mucho de menos esos ratos en la puerta del colegio como madre amantísima. Como también los echa usted, que pensaba que en lo efímero de la etapa escolar de sus hijos estaba el secreto de la eternidad. Nos fuimos primero nosotros, pronto se irán nuestros hijos, pero ahí quedará la puerta del colegio, con otras madres, con otras abejas, como una colmena.