Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, junto al comisario Rehn en el Ecofin :: A. CRAWLEY / EFE
Economia

El BCE reclama a Rajoy más esfuerzos para que la banca pierda el miedo a prestar

Draghi estudia medidas para reactivar el crédito a las pymes como reclama el Gobierno, pero advierte de sus límites

DUBLIN. Actualizado: Guardar
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El presidente del BCE, Mario Draghi, respondió ayer a las insistentes peticiones del Gobierno para que actúe y facilite la llegada de crédito a las empresas españolas. El jefe del banco central eludió comprometerse, pero admitió que «reflexiona» sobre posibles medidas para desatascar las cañerías de la liquidez. Pese a su guiño al Ejecutivo, también dejó claro que la entidad no es todopoderosa y carece de poderes para emular la agresiva política monetaria de la Reserva Federal. El exgobernador italiano incidió en que el sector finaciero está atenazado por el «miedo» a que sus clientes no devuelvan los préstamos, una situación que compete más a Mariano Rajoy que a la entidad con sede en Fráncfort.

La capacidad de intervención del BCE se coló en la agenda del Eurogrupo celebrado en Dublín, actual presidente de turno de la UE. Desde su llegada la capital irlandesa, el ministro de Economía, Luis de Guindos, machacó con el mensaje repetido en los últimos días por Rajoy. El titular español insistió en que el banco central debe mover ficha para que las empresas disfruten de «un tipo de interés único» en Europa. Una pyme española puede llegar a pagar hasta cuatro puntos más que una alemana al solicitar un crédito, situación que también afecta a las firmas de mayor tamaño cuando acuden a financiarse a los grandes mercados. Rajoy considera vital romper esta tendencia para que la economía pueda crecer.

De Guindos elevó el tono en Dublín y se quejó de que «el mecanismo de transmisión monetaria está roto». La afirmación implica que el bajísimo tipo de interés fijado por el BCE -un histórico 0,75%- no llega hasta las pymes españolas, en muchos casos obligadas a echar la persiana por falta de financiación. Las dificultades tienen mucho que ver con la desconfianza que pervive en el sector financiero europeo.

Préstamos a pymes

Draghi reconoció sus desvelos y remarcó que estudia medidas para ayudar a desbloquear la situación. Se especula con distintas opciones, entre ellas una ensayada por el Banco de Inglaterra. En un intento por impulsar el crecimiento del país, el emisor de la libra ofrece a la banca préstamos en condiciones especiales si se destinan exclusivamente a las pymes. Alemania, guardián de las esencias del BCE, vigila de cerca cualquier decisión para evitar que desborde el mandato de la entidad de volcarse en el control de la inflación. Además, las diferencias en los tipos de interés no afectan a sus empresas ni a la deuda emitida por el Gobierno, una cómoda posición que no anima a actuar con precipitación.

El jefe del BCE explicó los factores que estrangulan el crédito en España. Su principal razonamiento apunta al «miedo» que padecen las entidades tras el escarmiento asociado al estallido de la burbuja inmobiliaria. Demostrando que conoce al detalle la situación, recordó que el peso del ladrillo ascendía al 15% del PIB nacional frente al 6% de media en el resto de la zona euro. A su juicio, los bancos todavía no se han recuperado del temor a que sus clientes no devuelvan los préstamos y, por ello, se mantienen con la guardia excesivamente alta. Pese a esta reacción, Draghi constató que las firmas carecen de problemas de liquidez porque han pagado antes de tiempo los créditos solicitados.

Tras diagnosticar el problema, recalcó que su capacidad de actuación es limitida. Se refirió a las herramientas disponibles para extirpar el miedo de las entidades, desafío en el que consideró que el emisor del euro no puede hacer «mucho más». Según remarcó, ahí tanto Rajoy como el Banco de España tienen un «mejor conocimiento» y deben hacer más esfuerzos con las reformas para reactivar la economía. En cualquier caso, aseguró que el panorama ha mejorado «dramáticamente» en comparación con el verano.

De Guindos apuntó a la unión bancaria como mejor antídoto para acabar con los problemas de financiación. El Eurogrupo avanzó en el reglamento que guiará las recapitalizaciones directas, uno de los elementos clave en la estructura financiera única, pero todavía queda mucho camino. En cuanto a la relajación de los objetivos de déficit, el comisario de Economía Rehn insistió en que habrá que esperar hasta finales de mayo. El Gobierno confía en que Bruselas le otorgue como mínimo un año extra y suavice el techo de gasto hasta en 1,5 puntos, lo que dejaría en el 6% el límite de este año. A cambio, Bruselas exige un amplio plan de reformas que Rajoy presentará en dos semanas y será examinado en profundidad.