El presidente obvia el 'caso Bárcenas'

El primer debate este año de control al presidente fue más bien blando, fundamentalmente porque Griñán no quiso entrar al trapo de las puyas y acusaciones del presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido, y obvió el escándalo Bárcenas como estrategia de desarme de su principal opositor.

Zoido iba pertrechado para la guerra por este caso que ha noqueado a su partido como ayer se percibió en el tono y semblante de sus diputados. Preguntó a Griñán por la condonación de deudas al PSOE y a su socio en el Gobierno, Izquierda Unida, aunque sin dar datos. Sí los ha aportado cuando criticó las trabas que la Administración andaluza dice estar poniendo al Tribunal de Cuentas sobre el caso de los ERE fraudulentos. «El bipartito que usted preside ni es dialogante ni es transparente», le espetó Zoido.

Griñán replicó a Zoido que tiene una doble vara de medir sobre la corrupción. Le dijo que mientras el PSOE quiere acabar con ella, el PP quiere acabar con el PSOE. «No pida que hagamos aquí lo que son incapaces de hacer allí donde gobiernan, porque eso es hipocresía, que es lo que le sobra a la política», sentenció Griñán.

Con anterioridad, Griñán había respondido a los portavoces del PSOE, Francisco Álvarez de la Chica, y de IU, José Antonio Castro, con autoelogios sin recato hacia las propuestas de empleo y transparencia de la vida política que su gobierno ha anunciado poner en marcha.

Al PP se le vio más solo que nunca en el Pleno. Su proposición no de ley para crear una comisión de investigación del 'caso Invercaria', en el que el PP ve otro escándalo como el de los ERE, fue rechazada por los votos del PSOE y de IU. Incluso el diputado de IU Juan Manuel Sánchez Gordillo, que otras veces se ha posicionado a favor, votó en contra, para sorpresa incluso de los once restantes diputados de su formación.