aniversario

Wonka cumple diez años

El proyecto Pancracio celebra su aniversario con nueva tienda, más productos y una mayor expansión internacional

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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En 2003, era infrecuente lo que ahora es pandemia. Eso de replantearse la carrera, y la vida, de parar en seco para empezar de cero por otra vía no se estilaba. No era tan necesario para tantos. Pero Pedro Álvarez lo hizo por decisión personal, más que por imposición empresarial. En aquel año, cuando aún todos se comportaban como potentados antes de verse estampados, eligió un nuevo camino. Tenía una próspera trayectoria como profesional del diseño y la publicidad en Madrid pero quería otra cosa.

Tuvo un sueño, como Luther King, de su mismo color, y decidió moldearlo. Consistía en crear una fábrica de chocolate, como la del literario Willy Wonka, pero en mil versiones distintas, del turrón al vodka, de olivas a la taza, con deslices como el té, los cruasanes o, este año por primera vez, el roscón de reyes. Todo, desde la periferia española. Era un proyecto basado en la excelencia, en la producción limitada pero impecable, cuidada al detalle en apariencia, materiales y elaboración, que pudiera competir con productos de alta gama en las estanterías de las tiendas más distinguidas del planeta. Las caras. Ayer, en su nuevo local del centro de Cádiz -inaugurado hace un mes como el segundo de la empresa en la ciudad, tras la central de García Escámez- hacía balance de una década de trayectoria que entonces parecía osadía y ahora huele como el éxito.

Pancracio, desde Cádiz, con una plantilla de siete personas, ha conseguido afianzarse como uno de los fabricantes de chocolate con más prestigio en el mundo de las tiendas 'gourmet' o 'delicatessen', las pensadas para productos exclusivos, de lujo.

Los productos fabricados en Cádiz se venden ya en varias de las tiendas de las cadenas con más prestigio de Estados Unidos (para San Valentín 2013, hasta 40 establecimientos han pedido algún producto de la marca) y Japón (ya con cinco puntos de venta), además de su frecuente presencia en las homólogas de Londres y París, por citar las capitales más sonoras. Está presente en casi toda España, con distribuidores como El Club del Gourmet de El Corte Inglés.

Pero esa expansión, ampliada en 2012, sólo es una parte del negocio. Pancracio se ha afianzado en el sector del regalo de empresa. Como demuestra que centenares de unidades de su panettone se hayan repartido por cuarto año consecutivo entre la plantilla de Endesa. Su nombre, también se ha unido en distintos eventos, con distintas fórmulas, a marcas como Bulgari, Loewe y L'Oreal.

A la hora de hacer recuento de 2012 y abrir el año de su décimo aniversario, Pedro Álvarez resaltó también el importante paso que ha supuesto el acuerdo que garantiza su presencia en las tiendas Sibarium, especializadas en ofrecer productos de alta calidad en los aeropuertos españoles.

Todos estos logros se han conseguido paso a paso hasta sumar una actividad creciente y constante «que rompe la estacionalidad» que sufrían inicialmente las ventas de la empresa, excesivamente centradas en la campaña navideña. Gracias a las exportaciones y a las nuevas alianzas, esa temporalidad se suaviza. El éxito de Pancracio le llevó en 2012 a ser elegida por el Ministerio de Economía como una de las 50 empresas con mayor potencial en España, lo que le supuso presentarse en el Spain Startups Summit ante empresarios, inversores y distribuidores de todo el mundo.

Pero ese balance es pasado. El futuro, 2013, en el año del décimo aniversario, es el próximo paso, el lanzamiento del chocovodka, el producto que le dio prestigio nacional, en Nueva York y California. Ya hay distribuidores y sólo falta la última luz verde de las autoridades sanitarias. El sueño del émulo gaditano de Willy Wonka cumple diez años lleno de salud. Y ya ha dado el estirón.