El fuerte oleaje ha sorprendido en estos últimos días a muchos bañistas y veraneantes de toda la provincia. :: VÍCTOR LÓPEZ
CÁDIZ

La cola de un huracán, culpable de dos días de alerta en las playas

Los socorristas tuvieron que sacar del agua a medio centenar de bañistas durante toda la jornada Media docena de playas volvieron ayer a cerrarse al baño por las fuertes corrientes

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Lo ocurrido en la tarde del martes y durante todo el día de ayer en las playas gaditanas es algo fuera de lo normal, poco usual, pero esperado por muchos y que ya había sucedido no hace demasiado tiempo. El mar de fondo, las corrientes submarinas y el oleaje de hasta metro y medio de altura tienen una explicación sencilla, basada en varios parámetros que coincidieron en el tiempo y que provocaron situaciones de peligro en una docena de playas.

«Qué buenas olitas, voy a surfear esta semana de lo lindo. Te quiero huracán» Con estas palabras, algunos aficionados al surf en la provincia auguraban la llegada de su particular 'gran miércoles', que es cómo denominan a la jornada de «mejores olas» para practicar su deporte favorito. Desde hace más de una semana en las redes sociales, e incluso en algunos portales, revistas especializadas y prensa generalista, se venía hablando del huracán Gordon. Este fenómeno ha sido, en gran medida, el culpable del caos producido en el litoral gaditano en los dos últimos días.

Y es que, ya convertido en tormenta tropical cerca de las Azores, el Gordon ha estado detrás del fuerte oleaje y las peligrosas corrientes que han azotado la costa atlántica de Huelva y Cádiz, así como las Islas Canarias y parte de la costa portuguesa. Sin que la Agencia Española de Meteorología, ni Salvamento Marítimo ni ningún otro organismo autorizado emitiera un aviso de emergencia, el primer rastro de que la cola del huracán originado en alta mar podría afectar a las playas gaditanas lo dio el Centro Nacional de Meteorología (CNH) de Estados Unidos con sede en Miami, que hace una semana advirtió de vientos sostenidos de hasta 140 km/h y de la se lluvias torrenciales en las Azores.

En efecto, la cola del huracán llegó hasta la provincia en forma de corrientes submarinas y olas poco habituales en esta zona. Así se demuestra si se observan los datos recogidos a tiempo real en la web de Puertos del Estado. La Red de Boyas Costeras registró un incremento significativo del oleaje en alta mar, al captar martes y miércoles hasta 1,1 metros de altura, cuando los registros habituales en esta época no pasan de 0,3 a 0,5 metros de media. Pero para explicar la enorme incidencia de rescates que ocasionó este fenómeno en las playas de la Costa de la Luz y la Costa Noroeste, hay que tener en cuenta también la época del año. Y es que la incidencia fue mayor al coincidir la pleamar en horario de máxima afluencia a las playas. Con arenales a rebosar de público, la morfología de determinadas playas abiertas y poco protegidas por espigones u obstáculos naturales y construcciones hizo el resto.

Prueba de que el fenómeno de oleaje y corrientes que provocó más de un centenar de rescates en menos de tres horas en la tarde del martes era conocido por algunos, es que en páginas webs de consulta habitual para surferos como windguru o magic sea weed, ya se contemplaban datos significativos. Además, tanto en facebook como en twitter se comentaba la llegada del oleaje.

Este fenómeno ya ocurrió, también por culpa de otro huracán, en 2006. Concretamente fue a finales de septiembre de aquel año cuando se vivió una jornada como la del martes, que fue aprovechada por muchos para practicar deportes en el mar; en internet hay videos de surfistas encantados. En aquella ocasión la repercusión fue menor porque no se produjeron tantos rescates.

Al cierre de esta edición, los servicios de socorro de las distintas playas habían contabilizado en torno a medio centenar de actuaciones de rescate, entre las que destacaron las efectuadas en las playas de Conil, donde los efectivos de Protección Civil tuvieron que sacar del agua a un grupo de siete personas a la vez, que no podía alcanzar la orilla por sus propios medios. En Cádiz se produjeron una docena de salvamentos, la mayoría en Cortadura. Por su parte, en Chiclana la jornada fue más tranquila y en El Puerto incluso llegó a ondear la bandera verde. En Rota sí se cerraron al baño las playas de Peña del Águila y Pueblo Marinero, en Roche se prohibió el baño varias horas, y en Vejer se hizo lo propio en El Palmar.