El Bicentenario acaba en 2012

La víspera del Bicentenario fue apasaionante, más si cabe que la propia celebración del evento. Los preparativos, las obras y la elaboración de los programas culturales hicieron albergar un mar de expectativas entre los gaditanos, que veían en la celebración de los 200 años de la Constitución el impulso definitivo que necesitaba la ciudad. La efemérides atraviesa este verano su ecuador y no ha cumplido, pese a todo, su objetivo. Infraestructuras como el puente, el AVE o la rehabilitación del Castillo de San Sebastián no se han terminado a tiempo y la programación lúdico-cultural se ha visto dominada por congresos sectoriales. La mirada se centra ahora en la Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado, que tendrá lugar a mediados de noviembre. Demasiados años preparando una fiesta para tan poco ruido. Pero la situación del Bicentenario se agrava si miramos hacia su horizonte. Uno de los mensajes políticos que se vendieron durante la gestación del evento fue la necesidad de dar continuidad al legado del Bicentenario. Es decir, de lo que se trataba era de vivir el Doce más allá del 2013. Sin embargo, esta declaración de intenciones presentada por el entonces presidente del Consorcio, el socialista Luis Pizarro, a través de la Fundación Cádiz Libertad corre serio pleigro. La falta de medios económicos y humanos impiden, de momento, extender la celebración por más tiempo. Resulta casi inviable sacar adelante esta propuesta en estos tiempos, salvo que la iniciativa política se preocupe y rescate este asunto del cajón. La alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez, ha anunciado que peleará por la rehabilitación del Castillo de San Sebastián. La implicación de las autoridades para dar continuidad al legado resulta clave. Se echa de menos ahora una mayor presencia en la ciudad del nuevo presidente del Consorcio, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, o de la presidenta de la Comisión Nacional, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.