Una manifestante parodia a Rebekah Brooks ante el Supremo. :: EFE
MUNDO

La exjefa de The Sun detalla sus contactos con Blair y Cameron

LONDRES. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los papeles cambiaron ayer para Rebekah Brooks. La más temida periodista de Reino Unido, que dirigió durante una década los dos tabloides de mayor audiencia del país, se enfrentó a incómodas cuestiones personales durante su testimonio en la investigación del juez Leveson sobre ética periodista. La exdirectora del News of The World (NoW) y The Sun, ambos propiedad del magnate Rupert Murdoch, se enfrascó en una batalla dialéctica con el abogado de la comisión, Robert Jay, frustrada por varias preguntas que calificó de «frivolidades falsas».

Brooks mantuvo el tipo durante cinco horas de interrogatorio sobre su relación con la familia Murdoch y los políticos británicos. El escenario era, en cierta forma, benigno en tanto que las cuestiones sobre escuchas ilegales en NoW o el soborno de policías quedan, en su caso, fuera de la agenda Leveson, debido a su delicada posición en varias causas criminales que investiga Scotland Yard desde enero de 2011. La exdirectora ha sido detenida en dos ocasiones desde entonces y sigue bajo sospecha policial de interferir móviles y corrupción.

El brillante porvenir de la periodista y ejecutiva se vino abajo el pasado julio, cuando el escándalo de los pinchazos saltó a primera plana de la actualidad. La confirmación de que NoW, cuando ella lo dirigía, manipuló el móvil de una niña asesinada precipitó el cierre del semanario y la puesta en marcha de la comisión Leveson.

Brooks desveló ayer detalles sobre la «constante presencia en mi vida» de Tony Blair y sus colaboradores durante la década de dominio laborista. Admitió que estaba en contacto regular con el primer ministro conservador David Cameron, tanto por teléfono, en reuniones de trabajo o encuentros sociales. Hasta su dimisión en 2011, recibía uno o dos mensajes semanales en su móvil que el jefe del Gobierno concluía con tres letras: LOL. «Hasta que le dije que la frase no quería decir Lots of Love (con mucho amor), sino Laugh out Loud (cachondéate mucho)», reveló.

Más comprometido fue su testimonio sobre sus conversaciones con el ministro del Tesoro, George Osborne, sobre el intento de compra de BSkyB por el grupo Murdoch y la inclusión entre los documentos presentados ante el juez de un correo electrónico que presuntamente implica al responsable de Cultura, Jeremy Hunt, en dicha transacción. Además, Brooks testificó que Cameron se había interesado por las escuchas mientras otro supuesto implicado en la trama, Andy Coulson, trabajaba en Downing Street como director de Comunicación.