Tribuna

El tercer año

CÁDIZ ILUSTRADA Actualizado: Guardar
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Un número simbólico es aquel que no indica una cantidad, sino que expresa una idea, un mensaje distinto de él, que lo supera y lo desborda. No siempre es posible saber por qué tal número significa 'tal' cosa. La asociación entre ambas realidades a veces es desconocida. Para nosotros los occidentales esto es difícil de entender, pero en oriente se utilizan con toda naturalidad para transmitir ideas, mensajes o claves.

Al número 9 en simbología se le atribuye aquel que representa intereses dispersos, descuidados con las fianzas y necesidad de publicidad. Desde que soy docente, creo recordar que la reforma del sistema educativo alcanza la cifra novena. Ha sido una completa contradanza de espejismos y cambios de nomenclatura para volver siempre al punto de partida. Cambio ministerial, cambio de los planes de enseñanza. Con la siguiente confusión y gasto para padres, editoriales y profesores. Un país no puede caer en estos derroches y ahora con la crisis mucho menos.

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, explicó las reformas que se llevarán a cabo. De todas las que proponía, la que atrajo mi atención es aquella en la que se cursarán tres años de Bachillerato. Este cambio es una vieja aspiración del profesorado y de los sindicatos docentes porque hasta ahora esta etapa educativa quedaba reducida a dos cursos. En dos años resulta imposible cursar con eficacia y profundidad un Bachillerato, no es una afirmación gratuita, creo recordar que todos los países europeos apuestan por la duración de tres años y existen razones de peso porque el alumno debe salir preparado tanto para dirigir sus pasos hacia la universidad como para la vida laboral. Con la extensión de dos años era imposible dar una materia en dos niveles uno generalista y otro de profundización.

Además con el fin de dotar de mayor flexibilidad a la educación secundaria, el ministro anunció que emprenderá una «profunda reforma», que se materializará en 3 cursos de Secundaria y 3 de Bachillerato y 3 cursos Formación Profesional de Grado Medio. El primero de esos tres años de la ESO, será obligatorio para todos los alumnos y les orientará bien a la FP o bien a la continuación del Bachillerato, explicó.

Según especificó, el primer curso obligatorio adelanta un año la posibilidad de optar entre Bachillerato y FP, además de dotarles de una duración de 3 años, que permitirá que los alumnos finalicen estas etapas con una mejor preparación, similar a la de los jóvenes de otros países europeos. También considera que facilita la adopción de un 'modelo compuesto o integrado escuela-empresa', que se adapta mejor a las necesidades de cualificación del sistema productivo y que se dará un mayor protagonismo a las empresas, de acuerdo al modelo de FP Dual en muchos países de la Unión Europea, adaptado a las condiciones de nuestro país. Seguidamente anunció que en los próximos días convocará, junto al Ministerio de Empleo, a los empresarios y a los agentes sociales, «para que todos estemos involucrados en la reforma que planteamos».

Para concluir este tramo de su intervención, anticipó la sustitución de la asignatura de Educación para la Ciudadanía por una nueva asignatura de Educación Cívica y Constitucional: proponemos una asignatura cuyo temario esté libre de cuestiones controvertidas y susceptibles de adoctrinamiento ideológico y que proporcione a los alumnos el conocimiento de la Constitución como norma suprema, la comprensión de sus valores y de sus instituciones, así como de la historia e instituciones de la Unión Europea.

Ahora esperamos el paso más importante que los sindicatos de la enseñanza y los partidos se comprometan, caso que la aprueben y respetar un cierto número de años y a no retocar para nada la ley que salga del parlamento. Hasta el momento de su tramitación, se puede debatir y cuestionar cualquier aspecto de la normativa propuesta por el ministro Wert, por cierto, apellido de origen germano o polaco, creyendo en el determinismo geográfico explica una mentalidad algo cuadriculada. La reforma tiene algunos aspectos positivos como la ampliación a tres cursos y la reducción de materias, mantiene algunos no tanto como la comprensividad y no potenciar los aspectos más cognitivos o de conocimientos.

Decía Maura a sus correligionarios en las Cortes, «dejad que ellos hagan las leyes que yo haré los decretos», pues eso, quedamos a la espera de ver los decretos que desarrollen la prometida reforma y luego ya veremos.