ANDALUCÍA

Una parada con tres hijos encuentra 17.000 euros y los devuelve

GRANADA. Actualizado: Guardar
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Fue la mala conciencia la que atacó a una señora que se encontró una cartera con casi 17.000 euros (9.000 en metálico y un cheque al portador de 7.884) y le obligó a devolvérsela a su dueño. La señora dice que no sabe lo que hubiera pasado si ella no hubiera querido demostrarse a sí misma que es honrada y una buena persona: «En un principio pensé en quedarme con la cartera, pero sabía que la mala conciencia no me iba a dejar en paz hasta que la devolviera».

Un día del mes pasado le tocó a María Palma la revisión médica en el centro de salud del Zaidín. Hasta la capital viajó en compañía de su prima Pepa Cabra, que vive con ella y de la que es tutora legal porque está discapacitada. María recuerda que era un día muy soleado y que al salir del ambulatorio e intentar que su prima se cambiara de brazo de apoyo, puso sus ojos en el suelo y... Allí estaba. Era una cartera bastante abultada. «Miré para todos lados antes de agacharme y cogerla. La abrí un poco y vi que había muchos billetes de 500 euros. Me puse muy nerviosa, no sabía qué hacer. Me eché mano a mi corazón de Jesús que siempre llevo colgado al cuello y le pedí ayuda», asegura.

El corazón de Jesús, por lo visto, le recomendó que primero se serenase y después buscara una cafetería para rumiar más despacio lo que le había sucedido: «Fue entonces cuando descubrí que había 9.000 euros en metálico. En un papel doblado había dos carnés de identidad y un cheque al portador por valor 7.884 euros». Y la dirección de un domicilio.

Lo estuvo pensando. ¿Qué hacer? María tiene tres hijos en el paro y otra a punto de dar a luz. Dice María que debido a un malentendido, su honradez estaba precisamente en entredicho en Albuñuelas, su pueblo, porque la acusaron de la desaparición de 3.000 euros, en la que ella nada había tenido que ver. Pensó que si devolvía la cartera, ella se redimiría moralmente ante sus vecinos. «Era un milagro. Estaba convencida de que Dios había hecho que yo encontrara esa cartera con la que demostrar que era inocente de lo que se me había acusado. Por eso decidí devolver la cartera».

Preguntó en el bar donde estaba la calle que ponía aquel papel y le dijeron que muy cerca. Era en el edificio Embajador,según le aclararon. Allí se dirigieron las dos mujeres. María llamó a la vivienda y al ver que no contestaba nadie, echó un papel debajo de la puerta con su nombre.