PAN Y CIRCO

NADIE CONOCE A NADIE

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Si todo transcurre como está previsto, la UCI hará hoy oficial la sanción a Alberto Contador por su positivo por clenbuterol en el pasado Tour de Francia. Ni los mensajes subliminales de Zapatero vía Twitter van a poder para esta cruzada que ha establecido el máximo organismo del ciclismo contra los que ellos consideran unos tramposos, sin diferenciar entre los que van hasta las trancas y los que, supuestamente, sobrepasan lo permitido por 0,000.000.000.05 mlg., una cantidad que afecta menos al rendimiento físico que operarse de las orejas para tener mejor aerodinámica sobre la bicicleta. Ni libre como unas castañuelas, ni un año de castigo, como había propuesto la Federación Española; si a los dirigentes de la UCI no les da un vahído de última hora, al pinteño le van a caer dos años como dos soles sin subirse a la bicicleta para competir oficialmente.

Justo o injusto, es lo que hay. Soy el primero que defiendo el esfuerzo y la capacidad de superación de los ciclistas, más allá de que tomen o no productos que se salen de la lista de sustancias permitidas que les pasan cada temporada. Esclavos de sus cuerpos y víctimas de un sistema que les incita a vivir y correr a más velocidad de la que el cuerpo humano puede resistir, al final ellos son los principales damnificados, exponiendo su salud y su prestigio para que otros muchos se lucren a su costa. Y lo peor de todo es que la sombra de la duda se ha generalizado en un pelotón que ha convertido la serpiente multicolor en un animal envenenado en el que las acusaciones y los gestos de sospecha. El último, el de Óscar Freire, que no ha querido salir en defensa de su compañero de selección en una reciente entrevista. «No pinta nada bien, y viendo cómo está el ciclismo, no puedo creer en él ni en nadie», vino a decir. Entiendo a Freire, pero resulta un tanto paradójico que siga inmerso en un mundo en el que no cree y luche por lograr victorias y su ansiado cuarto maillot arcoiris en una carretera en la que cada vez hay menos luz y más nubarrones.