Zapatero entre los escombros del parking de la T-4. :: R. C.
ESPAÑA

Cuatro años de la T-4

El atentado rompió la anterior tregua cuando el Gobierno era más optimista sobre el final de la violencia

MADRID. Actualizado: Guardar
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A las 8.59 horas y 29 segundos del 30 de diciembre de 2006 ETA hacía saltar por los aires el aparcamiento de la Terminal 4 de Barajas y, con él, la tregua que había declarado en marzo de ese mismo año. Fue una sorpresa mayúscula para el Gobierno, que solo horas antes había hecho gala de su optimismo sobre el final de la banda, a pesar de que, como han desvelado los documentos de 'Wikileaks', Francia había advertido de que los terroristas se estaban rearmando. Cuatro años después, los terroristas vuelven a estar en alto el fuego. El Ejecutivo, ahora con «todas las cautelas», afirma que se ha empezado a «recorrer el camino del final de ETA». La sombra de la T-4 ha marcado los últimos cuatro años, en los que el escepticismo y la desconfianza ante las promesas de la banda se han convertido en el eje de la política antiterrorista.

Como gusta decir a los máximos responsable de la lucha antiterrorista, del atentado de la T-4 se sabe ya todo, excepto qué perseguía ETA, entonces dirigida por Garikoitz Aspiazu, 'Txeroki', con un ataque de esa envergadura sin aviso previo de ruptura del alto el fuego. Desde el pasado mayo, incluso, ya hay una 'verdad judicial' sobre aquel atentado que costó la vida a los ciudadanos ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate. Los autores materiales de aquel atentado fueron los etarras Mattin Sarasola, Igor Portu y Mikel San Sebastián, miembros del 'comando Elurra'. Por aquel ataque han sido condenados a una de las mayores penas de la historia contra ETA: 3.120 años de cárcel, 1.040 años para cada uno, como culpables de dos delitos de asesinato terrorista; un delito de estragos terroristas penado con 20 años; y 48 delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa, tantos como heridos.

Hacía meses

Aquella sentencia de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional dejó bien claro que, en plena tregua, 'Txeroki' llevaba meses con el atentado en la cabeza. El fallo declaró probado que en septiembre de ese año los tres terroristas, residentes en la localidad navarra de Lesaka, se reunieron en el monte Auza de Navarra con 'Txeroki', quien les ordenó atacar Barajas. En ese otoño hicieron dos viajes a Madrid por carreteras secundarias para preparar el ataque. El 29 de diciembre, tras otra reunión con los cabecillas de la banda, Sarasola y San Sebastián recogieron la furgoneta, ya cargada de explosivos, que dos días antes otro comando había robado a su dueño en la localidad gala de Luz Ardiden. Ese mismo día, Sarasola emprendió viaje a Madrid al volante de la furgoneta, mientras San Sebastián, en su moto, hacía de lanzadera. Portu, en el coche de su familia, esperó a sus compañeros a 50 kilómetros de la capital. Allí, Sarasola activó el mecanismo de la bomba y se disfrazó.

A las 18.51 horas Sarasola aparcó la furgoneta en la plaza 307 del módulo D. Luego cogió un taxi que le llevó a las inmediaciones de la cadena de televisión Antena 3, en San Sebastián de los Reyes, donde se deshizo del disfraz y cogió otro taxi hasta el lugar donde esperaba Portu con su coche para volver a Lesaka. Según el fallo, fue Igor Portu el que realizó al día siguiente las llamadas de aviso a la DYA de San Sebastián, al Parque de Bomberos de Madrid y a SOS/Deiak .

«A las 8.59:29 horas del 30 de diciembre la carga de la furgoneta compuesta de nitratos, trinitro, triza-ciclohexano y nitrato amónico explotó, causando la destrucción casi en su integridad de las instalaciones del módulo D por derrumbamiento de las plantas, daños en otros módulos de aparcamiento adyacentes, en las instalaciones de acceso a la terminal, dos víctimas mortales y resultados lesivos en 48 personas», se dijo en el fallo.