SE VENDE

Algunos bancos y otras entidades que tampoco se dedican a la beneficencia se han visto obligados a restringir lo que más le gusta hacer, que es prestar dinero. Hace falta tener mucho para que te dejen algo. La crisis económica, que es desesperada, pero no grave para algunos sectores, ha hecho que se multipliquen los letreros anunciando la venta de pisos y hay quien se divierte contándolos y jugándose una invitación a pares o nones. Los paseantes en corte o en aldea siempre encuentran entretenimientos pocos costosos. ¿Cuántos pisos han sustituido los albaranes que se ponían en los balcones y ventanas en señal de alquiler por el famoso letrerito de 'se vende'? Sin duda para dar ejemplo, la Junta de Andalucía se dispone a vender 90 edificios. Quiere obtener liquidez, que es lo más difícil cuando la situación no es sólida.

Se dice que la técnica del comercio, ascendida a categoría de arte por quienes han logrado enriquecerse, consiste en llevar algo desde el sitio donde abunda al lugar donde escasea, pero los edificios se están quietos. Nadie se explica que sin dar un paso su precio pueda fluctuar tanto. Un refrán español, tan sórdido y astuto como todos, asegura que quien compra necesitado y vende al recién heredado hace dos veces buen mercado, pero la penuria es de compradores. ¿Qué importa que el Gobierno o los diecisiete gobiernos que disfrutamos, quieran tirar la casa por la ventana si los inmuebles no dan a la calle? Les puede pasar lo que al desagradable célebre señor Ruiz de Lopera, que simuló la venta del Betis a las empresas de 1 euro de Oliver. El informe de la Guardia Civil confirma el grave fraude del que ya sospechaba el juez. Cada vez se dan menos cosas fiadas, pero tampoco la gente se fía de nadie. Va a llegar el momento en el que cuando una pareja compre un piso, tenga que hacerse acompañar por otra, pero de la Guardia Civil.