El laberinto de Cabrera preside el patio del Museo. :: A. VÁZQUEZ
Sociedad

Un universo entre el sueño y la fantasía se abre paso en Cádiz

Cajasol inaugura la exposición de Patricio Cabrera, 'El cielo cabeza abajo', en el Museo y la Casa Pemán

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Formas lobuladas, paisajes exóticos, ritmos curvilíneos de gran vivacidad, fragmentos de la vida cotidiana, mundos surreales, puzzles y laberintos pueblan desde hoy las paredes de la Casa Pemán, donde la obra del sevillano Patricio Cabrera cobra vida. 'El cielo cabeza abajo' es el título de una muestra que se expande a otro espacio, el Museo Provincial. Esta tarde se inaugura la exposición, organizada por Cajasol, que pretende sacar la pintura de sus formatos tradicionales y articular nuevos conjuntos a través de murales pintados en la propia pared. Sus creaciones cuentan historias ingeniosas y metafóricas. Los islotes se reproducen por el espacio blanco y diáfano, donde también se alza una pieza escultórica y luce una serie de dibujos, como el que ilustra el cartel de la muestra.

Formas, siluetas, colores y pliegues se reproducen formando escenas diarias, apuntes de la biografía del artista e incluso paisajes imprimidos en anteriores obras. Eso sí, las piezas están al servicio de la interpretación del receptor.

Cabrera tiene obras importantes en museos y colecciones como el Reina Sofía o el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. En los ochenta transitó los neoexpresionismos, pero pronto su pintura gira hacia formas elementales y controladas. Destaca su capacidad para formular mundos surreales, entre el sueño y la fantasía, su genialidad en el uso del color y el dinamismo que caracteriza sus dibujos.

La muestra de la Casa Pemán se completa con una importante intervención en el Museo Provincial. Además de otras pinturas y dibujos pertenecientes a su obra más reciente, el artista sevillano Patricio Cabrera ha colocado en la planta cuadrangular del patio de la pinacoteca gaditana una escultura elíptica de gran tamaño de estructura laberíntica. Una pieza que evidencia «una relación de esencia barroca en la conformación del espacio, por su dinamismo y su estructura de pliegues», tal y como apunta Francisco del Río en el catálogo de la exposición.