La Algaida es una zona idónea para el avistamiento de aves. :: A. J.
PUERTO REAL

La ciudad buscará su sitio en el turismo de naturaleza

La casa consistorial va a apostar por el atractivo que ofrecen al visitante su entorno protegido y complejos ambientales como 'Reflejo Verde'

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Con la llegada de la crisis, ya nadie duda de la necesidad de agarrarse al turismo como uno de los «sector estratégicos» para la economía provincial. No se trata sólo de sanear las grandes cifras, sino también, a menor escala, de fomentar el desarrollo local de un nuevo foco de riqueza.

A partir de esta evidencia, la administración andaluza se ha propuesto como siguiente meta coser una 'etiqueta verde' a esa oferta, con una vocación por «hacer visibles algunos escenarios que pueden haber pasado desapercibidos hasta ahora, y a través de los que se puede potenciar una cultura turística más sostenible».

Ante las aparentes carencias puertorrealeñas en el modelo de 'sol y playa', este es un tren al que pretende subirse el teniente de alcalde de Medio Ambiente y vicepresidente del Instituto Municipal de Promoción, Pedro Romero, quien ha valorado la existencia en la población de «espacios idóneos» para el desarrollo de este «turismo sostenible».

Romero concreta estas opciones en las zonas de marisma, en las cañadas y otras vías pecuarias y en el propio parque natural de la Bahía de Cádiz, por lo que se refiere a espacios abiertos. El edil suma igualmente a esta posible red turística el complejo conocido como Reflejo Verde, en el que se incluirían tanto el Aula de Desarrollo Sostenible como el parque de La María, todavía no inaugurado de manera oficial, a pesar de que se anunció para mayo. El responsable de Medio Ambiente valora que estas instalaciones se han dotado de «una serie de atractivos mejorados en los últimos tiempos, y perfectamente aptos para ser aprovechados desde el punto de vista turístico».

Con la apuesta por este enfoque se conseguiría, según Romero, «responder a las necesidades de los turistas», pero al mismo tiempo «ayudar a mantener y mejorar la calidad ambiental», con la conservación de esos recursos naturales de cara al futuro.

«Así, el desarrollo turístico se planifica y gestiona de forma que no cause serios problemas medioambientales», valora el teniente de alcalde, en una línea para la que augura la satisfacción de los visitantes y la consecución, según sus palabras, de «prestigio y potencial» en el mercado.

Para muchos estas se presentan como unas claves difíciles a priori, pero Pedro Romero defiende que «se pueden aplicar perfectamente a los distintos escenarios con que cuenta la localidad».