SEGUID LUCHANDO

No voy a entrar muy a fondo en el asunto porque nunca me he puesto a dirigir un equipo, cuadrar presupuestos, buscar el dinero de los patrocinadores, coordinar una temporada... Pero entiendo que debe ser tremendamente complicado, y más en los tiempos que corren. Sin entrar a valorar lo positivo o negativo de cada gestión, quiero manifestar mi más profunda admiración hacia todos aquellos que cada año se meten en camisa de once varas para seguir apostando porque en su ciudad se siga disputando el deporte que aman, aunque para ello tengan que bregar con muchas miserias como la escasez de recursos, o con esos chavales que, cuando pasan de los 16, deciden dedicar su tiempo a cualquier otra cosa cuando ven que ya su equipo no tiene posibilidad de competir a un buen nivel.

Debe ser frustrante, por ejemplo, que toda una referencia nacional como el Virgili tenga que renunciar a la Primera Nacional de fútbol sala y conformarse con jugar en provinciales porque su presidente, Pablo Isorna, no haya encontrado manera humana de dar con una fuente de ingresos para cubrir los gastos de viajes, arbitrajes...

O lo que pasa en Puerto Real con su equipo de voleibol. Después de todo lo que se ha luchado para alcanzar la máxima categoría y el esfuerzo de todas las partes para mantenerla deportivamente, tener que renunciar a su plaza para volver a empezar de cero tiene que resultar descorazonador.

Tampoco habrá sido de muy buen agrado para Emilio Hurtado la decisión de tener que renunciar a la plaza del equipo femenino de hockey hierba de San Fernando en la Primera División. ¿Qué se le puede decir a esas chicas para que se sigan motivando?

Vayan mis ánimos para todos aquellos que siguen trabajando aunque lluevan bombas. Aunque no tenga espacio para nombrar todos los casos. Me gustaría invitarles a que sigan luchando, que ya vendrán tiempos mejores. Yo, desde luego, me quito el sombrero.