Un grupo de palestinos espera en un puesto de control israelí para acceder a la mezquita Al-Aqsa de Belén durante el segundo viernes del Ramadán. :: AP
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Obama sienta a israelíes y palestinos

Hillary Clinton anuncia que Abbas y Netanyahu acometerán el próximo 2 de septiembre un proceso de diálogo «sin condiciones previas»

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Tras meses de reveses y desencuentros propiciados por las monolíticas posturas del Gobierno de Netanyahu y la débil respuesta de una Autoridad Palestina condicionada por su enfrentamiento con Hamás, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, anunció ayer la reanudación del diálogo directo entre israelíes y palestinos en una conferencia que tendrá lugar en Washington el 2 de septiembre.

Esta nueva oportunidad para la paz en Oriente Próximo, de la que no se esperan resultados tangibles hasta dentro de un año, constituye una importante victoria política para Barack Obama en uno de los asuntos capitales de su programa. Incapaz de lidiar como le habría gustado con la cuestión iraní, el presidente no ha dejado de presionar a su homólogo judío para avanzar en una solución al conflicto palestino y resituar las relaciones de Estados Unidos con el mundo árabe. Como hiciera Bill Clinton, Obama busca un acuerdo por todos los medios.

Hillary Clinton destacó que se ha llegado a este punto del proceso tras el éxito de las conversaciones indirectas entre ambas partes gracias a la mediación norteamericana. Luego anunció la resolución de uno de los nudos que había impedido hasta ahora cualquier entendimiento: las conversaciones empezarán «sin condiciones previas» -una exigencia repetida hasta la saciedad por Israel que parece haber sido aceptada por la delegación oficial palestina-. Para añadir más confusión, la Organización para la Liberación de Palestina declaró poco después que no comenzaría el proceso de negociación hasta que se cree una agenda previa, a pesar de lo anunciado por la secretaria de Estado de que el diálogo directo se encuentra «muy, muy cerca».

De momento nadie a mencionado el espinoso asunto de los asentamientos judíos en Cisjordania, una cuestión irrenunciable para Tel Aviv que ha pesado como una losa en todo el proceso de acercamiento. La intransigencia de Netanyahu también produjo una fuerte crisis entre Washington y Tel Aviv tras el desaire al que fue sometido el vicepresidente, Joseph Biden, de gira por la zona el pasado marzo.

Abdalá y Mubarak

En su comparecencia, Hillary Clinton reveló que el rey Abdalá de Jordania y el presidente egipcio, Hosni Mubarak, también han sido invitados a participar en el diálogo, decisión que ha sido interpretada como un refuerzo a las posiciones que defenderá Mahmud Abbas. La jefa de la diplomacia estadounidense ha reconocido las dificultades en el pasado y ha lanzado un llamamiento a las partes «a perseverar y seguir avanzando» con el objetivo de que el diálogo no descarrile una vez más y esta ocasión sea la definitiva para alcanzar la paz en la región.

En un comunicado separado, el Cuarteto para Oriente Próximo (EE UU, Rusia, Naciones Unidas y la Unión Europea), que también estará presente en la reunión, se mostró confiado en que las conversaciones podrían obtener resultados positivos en un año. «Las negociaciones directas y bilaterales que van a resolver las cuestiones del estatus» deben «llevar a un acuerdo, negociado entre las partes, que ponga fin a la ocupación que comenzó en 1967 y desemboque en la creación de un Estado palestino independiente, democrático, viable y que viva en paz con Israel y los otros estados vecinos», señala. Por su parte, el enviado especial de la Casa Blanca a Oriente Próximo y uno de los artífices del acercamiento entre las partes, George Mitchell, valoró la decisión de israelíes y palestinos de aceptar la reanudación de las negociaciones como «un reconocimiento de ambas partes». A su juicio, el «mejor desenlace» es un acuerdo «sobre dos estados que vivan uno a lado del otro» y eso, subrayó, sólo se puede hacer mediante diálogo directo.

Mitchell explicó que están sobre la mesa «todos los temas de estatus permanente» y las partes decidirán «cómo van a abordarlos» reconociendo que sigue habiendo «desconfianza» y «diferencias sobre cómo proceder». Y en la misma línea que Clinton, quiso destacar que todas las partes son conscientes que una paz duradera es necesaria para la región. Clinton advirtió de que, «sin duda, habrá más obstáculos» porque «los enemigos de la paz» intentarán hacer abortar los esfuerzos.

En el otro lado del espectro y fiel a su línea opuesta a cualquier diálogo con Israel, Hamás rechazó la iniciativa . «El pueblo palestino no se sentirá comprometido por los resultados de esta cita engañosa», señaló su portavoz, Sami Abú Zuhri.