Economia

Los expertos replican que España soporta un esfuerzo fiscal mayor que la media europea

El sacrificio de los españoles supera en 21,89 puntos al promedio realizado entre los socios del euro

MADRID. Actualizado: Guardar
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«Los contribuyentes españoles ya realizan un esfuerzo fiscal superior a la media europea». Es la respuesta de los técnicos del Ministerio de Hacienda a la «reflexión» planteada por el ministro de Fomento y número dos del PSOE, José Blanco, para quien los impuestos españoles son «muy bajos» y deben «homologarse» al resto de Europa para garantizar servicios públicos e infraestructuras de calidad. Apoyados en datos de la OCDE, estos expertos denuncian que en la zona euro sólo portugueses e italianos soportan una carga fiscal superior a la que sufren los españoles. Suman así su voz al rechazo general que ha suscitado la consideración de Blanco.

Los técnicos de Hacienda, agrupados en el sindicato Gestha, admiten que la presión fiscal sobre las rentas del trabajo en España es ligeramente inferior a la media de los países del euro, pero subrayan que todavía es menor el salario medio de los españoles respecto de sus socios. Los trabajadores españoles ganan en la actualidad un promedio de 22.802 euros brutos al año, mientras que el sueldo medio en los estados que comparten la moneda única alcanza los 33.997,5 euros (casi un 33% superior), según datos de la OCDE.

Los expertos agrupados en Gestha contestaron así a las declaraciones realizadas por el ministro de Fomento, a quien recordaron que el esfuerzo fiscal no se mide en el porcentaje de salario que la Administración retiene a los contribuyentes -eso es la presión fiscal-, sino el peso real que los impuestos tienen sobre el bolsillo de los pagadores. Un cálculo sencillo demuestra que los ciudadanos de dos países con idéntica presión fiscal soportan un «sacrificio» económico muy distinto, mayor cuanto menor es el nivel de renta. Unas décimas más de IRPF pueden ser asumidas en los países con sueldos altos, pero allí donde las rentas son más bajas pueden dañar mucho las economías de numerosos hogares, que ya sufren para llegar a fin de mes.

La presión fiscal sobre el salario medio español -es decir, el porcentaje del salario destinado al pago de tributos- se situó en 2008 en el 37,8% (sin contar IVA e impuestos especiales), cinco puntos por debajo de la media de los países del euro (43,14%). Sólo los trabajadores de Portugal (37,6%) e Irlanda (22,9%) soportan una presión inferior a la de los españoles. Sin embargo, España es el segundo país con salario medio más bajo entre los socios de la moneda única, de ahí que el esfuerzo fiscal de sus ciudadanos -calculado en función del sueldo- esté 21,89 puntos por encima de la media. Ese sacrificio sólo es mayor en Italia (30,55 puntos sobre la media) y Portugal (65,33).

Gestha destaca, además, que España es el país de la zona euro donde más ha crecido el esfuerzo fiscal de las rentas del trabajo en los últimos cinco años. Y eso a la espera de la inminente subida de impuestos anunciada antes del verano por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que según sus palabras quedará circunscrita a las rentas más altas.

El Ministerio de Economía y Hacienda evitó ayer comentar las manifestaciones del titular del departamento de Fomento. «No vamos a hacer ningún comentario sobre lo que ha dicho José Blanco, porque él ya ha explicado que se trata de una reflexión personal y no de una propuesta del Gobierno», señaló un portavoz del departamento que dirige Elena Salgado.

Otras fuentes gubernamentales señalaron que el Ejecutivo estaría barajando una subida de impuestos «a los ricos», tal y como avanzó el presidente, y que el procedimiento serían «cambios en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas» (IRPF). No estaría sobre la mesa, según esas fuentes, una recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio. En cualquier caso, la reforma fiscal se concretará cuando el Gobierno presente los Presupuestos Generales del Estado para 2011.

El Gobierno socialista ya subió los impuestos el año pasado, al eliminar la deducción de los 400 euros en el IRPF, al incrementar los gravámenes sobre las rentas del ahorro y al aprobar una subida de los tipos general y reducido del IVA (del 16% al 18% y del 7% al 8%, respectivamente). Esta última alza entró en vigor el pasado 1 de julio.