Steven Otriz posa con su última adquisición, un flamante Porsche a cero euros. :: LA VOZ
Sociedad

Un Porsche por un móvil viejo

Un adolescente de EEUU cambia su antiguo teléfono por un lujoso deportivo a base de trueques por Internet

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Llegó la hora de rescatar aquel móvil viejo que lleva meses, o quizá años, arrumbado en un cajón y hacer negocio con él. ¿Cómo? Con una de las técnicas más ancestrales: el trueque. Así lo hizo Steven Ortiz, un adolescente estadounidense que, a base de acuerdos por Internet, consiguó cambiar un anticuado teléfono por nada menos que un Porsche descapotable. Y lo mejor, sin dinero de por medio.

Todo empezó hace un par de años, cuando este californiano, que entonces tenía quince, decidió deshacerse del móvil que le había regalado uno de sus amigos. Entró a la página web de Craiglist, un portal de compra-venta online, y anunció el equipo. En poco tiempo logró recibir a cambio un teléfono de mejor calidad. Su hazaña comercial acababa de comenzar. A costa de pasar entre 5 y 6 horas diarias en busca de los mejores chollos, consiguió hacer un par de transacciones que le conducirían hasta un iPod Touch, que, a su vez, cambió por una bicicleta, después por otra, y posteriormente por un ordenador, un MacBook Pro.

El portátil le abrió la puerta a los vehículos de motor. Su siguiente adquisición fue un Toyota 4Runner. «La gente hace este tipo de intercambios. Yo no le miento a nadie», asegura Ortiz. «El coche lo conseguí gracias a un músico que necesitaba un ordenador para su banda. No tenía dinero, pero sí un automóvil que no le hacía falta», explica esta joven promesa de los negocios. Como a su tierna edad aún no podía sacarse el carné de conducir, en el siguiente trueque se decidió por un carrito de golf.

En dos años el adolescente realizó catorce intercambios. El penúltimo de ellos le colocó tras el volante de un Ford Bronco de 1975 -considerado un automóvil de coleccionista-. Pero hace unos meses lo cambió por un modelo más acorde a su edad, un Porsche descapotable de 2000.

Habilidad comercial

«Muchos de mis amigos están celosos. Otros me piden que les consiga un Ferrari a cambio de sus teléfonos», bromea. «Yo trato de explicarles que no es tan sencillo, que se requiere mucho tiempo y paciencia».

Las habilidades comerciales de Ortiz ya asomaban desde hace varios años, cuando compraba los teléfonos móviles de sus amigos por 20 euros y conseguía venderlos por el triple. Por eso no sorprende a nadie su convicción de estudiar Empresariales, ni que la prestigiosa Universidad de Harvard haya manifestado interés por acogerle en sus aulas.

Por ahora el prodigioso negociante se ocupa de otros menesteres: cambiar su deportivo por un automóvil más modesto. Y es que se ha dado cuenta de que no puede hacer frente a los gastos de mantenimiento del lujoso vehículo. Sólo por el cambio de aceite le cobran 150 dólares, y en los talleres no aceptan trueques.