Reproducción de uno de sus cuadros, 'El descanso'. :: Cedida
MIS FAMILIAS PREFERIDAS

Paco Lorente: pintor y poeta

El artista jerezano destacó por su personalísimo estilo y su creatividad única

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Aunque constituida por profesionales de toda índole -diplomados, licenciados y doctores-, la familia Lorente es una más de las muchas que componen el tejido socio-laboral de Jerez, por lo que, amén de que sean gente avisada, tenaz y trabajadora, poco más podemos decir de ella; eso sí que, debido a su sensibilidad, gozan del arte en todas y cada una de sus expresiones.

Procedentes de Valencia, Jaén y Granada, los Lorente descendieron por la Bética hasta la baja Andalucía, donde se asentaron definitivamente. Debido a ello precisamente, encontramos este apellido en Córdoba, Sevilla, Cádiz, Jerez. Se cree que la verdadera procedencia de este apellido es franco-alemana (Lorenz), que en el siglo X atravesaron los Pirineos y la Península Ibérica e ido mezclándose con las diferentes razas y culturas para formar la pulpa judeo-cristiana de la que estamos hechos la mayoría de los andaluces.

Debido a su afición y sensibilidad a las artes, a lo largo de las diferentes generaciones son numerosos los miembros de esta emblemática familia que han sido artistas de profesión como músicos, cantaores, pintores; siendo durante la primera mitad del pasado siglo XX el periodo en el que nació y murió Francisco Lorente Roldán, uno de los mejores artistas que, sin lugar a dudas, para la historia de la pintura haya dado la ciudad de Jerez.

Nació Paco Lorente el día 18 de julio de 1905 en el nº 10 de la calle San Juan, llamada la casa de la cadena. Segundo de nueve hermanos, ya desde niño se le ve inclinación por el dibujo. Hizo los estudios primarios en el Colegio de las Carmelitas en la plaza de San Marcos, pasando más tarde al colegio de los Marianistas de la calle Porvera; para posteriormente ingresar en el instituto Padre Luis Coloma cuando estaba ubicado en la Alameda de Cristina, donde inicia el Bachillerato, que alterna con estudios de pintura en el taller del pintor J. Perea en la calle Francos nº 13. En el año 1920 se matricula en la escuela de Artes y Oficios siendo el alumno más aventajado de don Teodoro Miciano, que como sabemos fue un excelente pintor y grabador de la casa de la moneda, quien decía de él que no había visto en su vida un pintor con mayores cualidades.

Durante los seis años que permaneció en la escuela de Artes y Oficios, aprobó con sobresaliente y premio. Al cumplir los 21 fue llamado a filas para hacer el servicio militar, siendo destinado al aeródromo de Cuatrovientos en donde por su carácter alegre y cualidades artísticas obtiene permisos y prerrogativas debido a la gran consideración que sus superiores le tenían como artista, viajando con frecuencia a su estudio de Jerez en donde pintaba los encargos que les hacían los militares, sobre todo de sus esposas y familiares. Corría el año 1934 cuando conoce a Manolo Messía, aristócrata madrileño, el que debido a sus grandes conocimientos y relaciones sociales introduce a nuestro paisano jerezano en el mundo del arte, que se encontraba en manos de la alta sociedad y gente con gran poder adquisitivo.

Aunque alterna temporadas en Madrid con estancias en nuestra ciudad, su vida transcurre mayormente en la capital debido a que su amigo Manolo Messía actúa como marchante de sus cuadros, a la vez que también pinta por encargo o vende a un grupo de clientes afines a su pintura y a la corriente en que estaba inmerso: el Realismo Mágico. En Jerez tuvo varios estudios: uno en la Pescadería Vieja nº 10, otro en la Plaza de San Andrés nº 4 y el último en la calle San Agustín. Durante sus ya esporádicas visitas a Jerez, en una noche pinta el cartel de las Fiestas de Primavera del año 1929; obteniendo el primer premio del concurso correspondiente.

Madrid

Ya instalado definitivamente en Madrid, asistía a clases de dibujo y pintura en al Escuela de San Fernando, copiaba los clásicos en el Museo de Bellas Artes y pintaba para hacer frente a los encargos que tenía. A medida que avanzaba el tiempo su pintura iba tomando las características de las tendencias y corrientes del momento en que vivía. Mientras tanto solía reunirse en el Café Gijón con los artistas, poetas y pintores de la época. El periodo más fructífero y estable, en el que su pintura se va definiendo y mejor describe sus características poéticas, es el que comprende de los años 30 a los 45, siendo los cuadros de los últimos cinco años los que denotan un estilo más depurado, dejando patente el extraordinario dibujante que es y el exquisito gusto del que es poseedor en cuanto a la temática y a la combinación del color. Durante la primera época, hasta que se va a Madrid en 1926, su interés se cifra en el aprendizaje del dibujo, que como se puede comprobar llegó a dominar a la perfección. En esta época también pintaba pequeños cuadros por encargo y cuando necesitaba dinero rápido hacía igualmente algunas restauraciones.

Una vez instalado en Madrid en el año 1935 y tras conocer a Manolo Messía, quien sería el marchante de su pintura, se dedicó a pintar para hacer frente a los encargos, con los que se fue introduciendo en las altas esferas sociales de la capital española y haciéndose un importante hueco en el mundo del arte madrileño.

No obstante, en sus esporádicas visitas a Jerez, lleva a cabo varias decoraciones, a las que imprime características modernistas. Una de ellas fue la de la farmacia de su hermano Onofre Lorente en la plaza Plateros nº 8, desaparecida en la actualidad debido a una ampliación y remodelación del edificio, hoy regentado por sus sobrinos-nietos. También llevó a cabo en Jerez la decoración de varias tiendas, entre las que se contaba Medias Mario, hoy también desaparecida por los distintos cambios que los tiempos han traído consigo. Durante el año 1935, Paco Lorente también colaboró como dibujante gráfico para la 'Revista Esto'. En estos años pintó magníficos cuadros. Uno de ellos es el que le hiciera de cuerpo entero al Marqués de Orani, así como otro a su esposa Doña Mercedes de Inurrieta. El Marqués falleció en la guerra y su mujer se trasladó a Barcelona. El tiempo, la distancia y la desaparición de sus mayores han hecho imposible la localización de los herederos y con ello la de los cuadros para poder fotografiarlos y catalogarlos como la mayoría de su obra.

Realismo Mágico

La pintura de Paco Lorente estuvo hasta el final de sus días inmersa en la corriente imperante, el Realismo Mágico, estilo que se impuso en toda Europa como respuesta a la tragedia en que había quedado sumido el continente tras las guerras. Y que surge como una forma de evasión, una especie de contra reacción artística que a modo de refugio sume a los pintores en un mundo mágico e idílico. Tal es el lienzo que pinta en 1936, llamado 'La Merienda'. En el caso de Paco Lorente su pintura está llena de poesía, melancolía y buenos sentimientos, aunque en algunos la tristeza que dimanan evocan sentimientos trágicos. No obstante, el virtuosismo de su paleta hace gozar con la magia que sabía imprimirle a sus composiciones, en la que los objetos e incluso las personas están situados dentro de perspectivas imposibles, pero que aportan una inusual belleza al cuadro, cuyo engañoso realismo ensimisma al espectador.

Al principio estuvo viviendo en pensiones, hasta que su hermana Lola, recién casada, se va a Madrid y se lo lleva a su casa de la calle Hermosilla 81, donde pinta sin cesar hasta que monta definitivamente su estudio en la calle Bravo Murillo 25 que sería su lugar de residencia hasta su muerte.

A Jerez sólo venía para coger algunos encargos y los pocos días que estaba entre nosotros solía visitar el café-restaurante Fornos, situado en la calle José Antonio Primo de Rivera 45, esquina de la plaza del Banco, donde se reunía con sus amigos para, como buen aficionado al flamenco, pasar las tardes tocando la guitarra y cantando, cosa que hacía con conocimiento y dominio de los estilos. Como también componía y escribía letras por soleá, fandangos y bulerías. Fue a partir de los años 40 que, debido a los numerosos encargos que tenía en Madrid, deja de venir por Jerez, ya que su pintura es cada vez más reconocida y mejor pagada, con cuadros de grandes formatos, como lo muestran los numerosos bocetos conservados en el archivo documental de casi la totalidad de su obra. Se tratan de lienzos que hoy en día se encuentran repartidos por toda España, América y Europa, como también en Jerez en colecciones privadas de familiares y amigos.

Contar la vida de un pintor de la talla de Paco Lorente en un artículo periodístico es poco menos que imposible, porque si la vida de un artista está llena de avatares, la de nuestro paisano, amén de connotaciones artísticas de primer orden, tiene la de la carga emocional que supone la tristeza en que lo sume la morbosa enfermedad que en el corto plazo de cuatro años acaba tan patéticamente con su vida. No obstante, es mi deseo que los jerezanos que hoy se interesen por la vida y la obra de nuestro ilustre paisano sepan y conozcan otros aspectos, como es el de la influencia que tuvo de otros pintores así como su forma de abocetar, pintar, etc. Sabemos que hizo su carrera de seis años en Jerez con brillantes resultados de sobresalientes con premios. También sabemos que asistió a la escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Como que le fue prohibida la entrada al Museo del Prado, ya que copiaba a los clásicos de forma tan fidedigna que la dirección optó por evitar que siguiera sacando telas de tanta calidad. Estudió muy de cerca a clásicos como Zurbarán, Rivera o El Greco. Así como a pintores famosos del momento: Daniel Vázquez Díaz, Benjamín Palencia, Solana, Picasso, Braque. asimilando las características de cada uno y el momento por el que atravesaban. Como buen Lorente, también asimiló la síntesis picassiana, los colores de Vázquez Díaz, los paisajes de Benjamín Palencia, que guardaría en su memoria artística para emplearlos en su Realismo Mágico. Su pintura también tuvo influencias cubistas de Picasso, Braque, Juan Gris y Vázquez Díaz: los colores pastel, el dibujo preciso, los temas cotidianos, las composiciones muy estudiadas y ricas en argumentos poéticos: flores, plantas paisajes, el mar, barcas y figuras humanas.

Gran tamaño

Paco Lorente fue sin duda uno de los mejores pintores que ha dado Jerez. No sólo por su personalísimo estilo y su creatividad única, sino también por su forma auténticamente magistral de pintar en formatos de gran tamaño; la pincelada limpia, dejando entrever el trazo del lápiz con el que había dibujado. No manchaba antes de iniciar la obra, lo hacía directamente sin titubear, dejando la pincelada de primera intención. Empezaba por una esquina del cuadro y terminaba por la otra, o sea, que iba acabado lo que iba pintando. Era tal su seguridad que jamás se detectaron en sus cuadros 'arrepentimientos'.

Este gran artista jerezano falleció en Madrid víctima de una cáncer de garganta el 6 de febrero de 1945, cuando solamente contaba 40 años de edad, dejando a su familia y admiradores sumidos en una profunda tristeza y, a la vez, la gigantesca interrogante de su evolución y futuro artístico.