La mano derecha de Blesa en Caja Madrid se 'olvida' de las críticas del Banco de España

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Quien fuera mano derecha de Miguel Blesa en Caja Madrid, Matías Amat, mostró este lunes una notable falta de memoria ante el juez que instruye el ‘caso Bankia’, e incluso un llamativo desconocimiento. Citado como testigo a raíz de las últimas diligencias solicitadas por la acusación popular que representa el partido UPyD, negó saber que el Banco de España hubiera vertido duras críticas contra su labor.

Según Amat, quien primero fue director de Negocio de la caja de ahorros y luego pasó a ser director general de BFA (la matriz de Bankia), la relación que mantuvo con los inspectores que vigilaban sus balances y operaciones era «colaboradora», e incluso «cordial». Sin embargo, aquellos no pensaban igual. En uno de sus informes, fechado en diciembre de 2010, denunciaban «las dificultades y retrasos» que estaban teniendo en su tarea, de modo que sólo tras «meses de insistencia y tras varias presiones» recibían los datos reclamados.

Es lo que la inspección describe como una «cultura» de ocultismo informativo implantada desde la dirección general adjunta de la entidad, primero a cargo de Amat y luego de Ildefonso Sánchez. Y añaden que dicha estrategia para entorpecer las investigaciones incluso «era admitida (en ‘petit comité’)» por sus propios interlocutores en la caja.

La desmemoria o falta de conocimiento de Amat también se extendió a otros puntos polémicos como, por ejemplo, el riesgo destapado por el Banco de España de que Caja Madrid llegara a perder en dos años casi 5.000 millones de euros por créditos fallidos. También dijo no saber nada del deterioro de 700 millones que se encontraron los nuevos gestores de Bankia en el balance de sus participadas tras la quiebra.

Mala memoria contagiosa

Quien tampoco recordó este lunes las advertencias del Banco de España, en esta ocasión sobre el elevado ratio de mora de la entidad, fue Antonio Román, ex interventor general del BFA. Los inspectores se mostraban preocupados por el hecho de que el banco presentara un dato que divergía, y mucho, del real que ellos manejaban.

Ello daba, tanto a clientes como a inversores, una apariencia falsa de mejoría de su riesgo financiero en relación a otras entidades del sector. Este testigo, como su antecesor, dijo que desconocía que hubiera habido quejas oficiales al respecto.