LIBROS

A Henry James se le suben los colores

Una edición ilustrada de ‘Washington Square’ renueva el interés por una de las mejores novelas cortas del escritor estadounidense

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Henry James era sin duda un hombre modesto. Para referirse a ‘Washington Square’, una de sus obras más logradas, usaba la expresión de “pobre novelita”. En este relato, uno de sus menos verbosos y digresivos, demuestra sus dotes para el análisis psicológico y el uso del matiz. Ahora la editorial Sexto Piso, que ya había publicado ‘Nueva York’ (compilación de relatos de James que tratan de la ciudad estadounidense), saca a la luz una edición ilustrada con dibujos de Jonny Ruzzo, artista que interpreta con colores pletóricos una historia que es todo un clásico de la literatura.

‘Washington Square’ cuenta las destemplanzas amorosas de Catherine, una mujer desprovista de belleza e hija de un médico adinerado, Austin Sloper. Este hombre, tan autoritario como desdeñoso con Catherine, castiga a su hija con toda clase de desplantes. La relación que emprende la honesta Catherine con el desaprensivo Morris Townsend es el detonante que dispara las hostilidades del padre. Y es que el doctor Sloper sabe detectar la ambición al primer golpe de vista y pronto se percata de que detrás del pretendiente se esconde un cazafortunas sin escrúpulos. Por eso porfiará para arruinar todos los proyectos vitales de la pareja.

Más allá de las vicisitudes amorosas, la novela constituye una atinada disección de la burguesía neoyorquina y una evocación de una ciudad que, para exasperación de James, trastocaba rápidamente sus valores. Al prosista le apenaba ver cómo una serie de cambios vertiginosos arrumbaban las buenas y viejas costumbres y arrasaban edificios y paisajes urbanos muy queridos. No en vano, al escritor, que amaba tanto Europa que llegó a adquirir la nacionalidad inglesa, le espantaba ver su ciudad inundada de remesas de inmigrantes.

El escenario de la novela es el Washinton Square de la infancia de James. De ahí que James transmutara la vieja casa de su abuela en la residencia del doctor Sloper.

Como James -el más europeo de todos los escritores estadounidenses, los Sloper pasean por Europa, visitan las ruinas de Roma y quedan deslumbrados ante la vista de París. El astuto doctor pretendía que los aires del Viejo Continente esfumaran las quimeras románticas de su hija.

La obra de Henry James tentó a Hollywood. William Wyler adaptó el texto para la gran pantalla con el título de ‘La heredera’ (1949) y eligió a Olivia De Havilland para encarnar a Catherine. La actriz, sin embargo, era mucho más guapa que el personaje inventado por James, una mujer dominada por una mezcla de beatitud, timidez y apocamiento. La novela también sedujo al director de cine Agnieszka Holland, que en 1997 rodó las peripecias de los Sloper.

Entre viaje y viaje en barco a Europa, Henry James fue alumbrando obras más barrocas y de mayor complejidad técnica. Mientras, su temperamento se iba haciendo más aristocrático, hasta el punto de que le causaban aversión las muchas carencias de su patria. Su país no tenía soberano, ni corte, ni palacios, ni abadías, ni catedrales, ni un Oxford ni un Eaton.

En esta edición, volcada al castellano por Andrés Barca y Teresa Barba, brillan los dibujos de Jonny Ruzzo, cuyas pinturas aúnan la imagen clásica con la osadía formal.