CINE | festival de san sebastián

Atom Egoyan y Jasmila Zbanic se rebelan contra el silencio y la injusticia

La realizadora bosnia y el egipcio afincado en Canadá traen a la penúltima jornada de competición del festival sus historias de dolor y dignidad

SAN SEBASTIÁN Actualizado: Guardar
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La realizadora bosnia Jasmila Zbanic y el egipcio de origen armenio afincado en Canadá Atom Egoyan han traído a la penúltima jornada de competición del Festival de Cine de San Sebastián sus historias de dolor y dignidad, de lucha contra el silencio y el olvido y contra la injusticia y el rencor. Todo eso y más se encuentra en 'For Those Who Can Tell no Tales', la nueva película de la directora bosnia, ganadora de un Oso de Oro en Berlín con 'Grbaviva', donde ya trataba las violaciones como arma de guerra, esta vez contada desde el punto de vista de una turista australiana que protagonizó esos hechos en la vida real.

En este filme, recupera para la memoria colectiva la violación y asesinato de 200 mujeres musulmanas en la ciudad bosnia de Visegrado, donde se sumaron 3.000 víctimas durante la contienda. Kym Vercoe es una actriz y dramaturga australiana que, durante un viaje que realizó a Bosnia, decidió visitar Visegrado, para conocer el puente sobre el río Drina, del que habla en una de sus obras el Premio Nobel Ivo Andric, de quien Zbanic ha tomado una frase para el titulo de su largometraje.

Esa vivencia y el hecho de que había viajado allí sin saber de esos crímenes remueven a Vercoe, que se interpreta a sí misma en esta cinta, lo que hará que regrese a Bosnia para rendir un homenaje a esas mujeres, a las que espera se levante algún día "un memorial permanente". "Es importante que se hable del pasado. No creo que haya futuro sin resolver el pasado", asegura la directora bosnia, para quien el paso que la australiana dio al volver a Bosnia en 2011, ya con una visión de los hechos y un objetivo muy distintos, son "un pequeño gesto de esperanza".

Crimen e inocencia

Más que esperanza, duda, curiosidad y una profunda inquietud por lo que pudo mover a un pueblo entero a acusar de un crimen terrible a tres inocentes, ha removido el interior del director de cine Atom Egoyan, nominado al Óscar por su película 'El dulce porvenir' (1997) y reconocido por cintas como 'Exótica' (1994), 'El viaje de Felicia' (1997) o 'Chloé', con la que ya estuvo en el Zinemaldia en 2009. "Lo que más me atrajo de esta historia real es que yo, que siempre me invento mis historias, no podía imaginar algo así. Es el misterio más extremo de asesinato que conozco, tres niños muertos de esa manera tan visceral y sin una resolución concreta", ha explicado el realizador. 'Condenados' es la recreación de un suceso ocurrido en 1994 que ha estado coleando mientras los tres condenados estuvieron en la cárcel hasta 2011.

Sucedió en un pequeño pueblo del sur de Estados Unidos cuando aparecieron los cadáveres torturados de tres niños de ocho años en un lago y se acusó a otros tantos adolescentes, declarados seguidores de ritos satánicos, en un juicio sin pruebas. 'Condenados' es probablemente la película de Egoyan en la que se muestra mejor el mal en estado más puro. "Esta claro que es lo más horrible, no solo porque murieron sino porque fue una cosa muy horrible, meticulosa: les ataron, les torturaron, les metieron en el agua, pero lo peor es que no quedó ni una prueba, ni sangre, ni ADN, ni una rama de los árboles".

Egoyan asegura que 'Condenados' no "juzga" lo que pasó. Como dramaturgo "lo puedo exponer", dice, y dirigir a los actores para crear un equilibrio emocional y "dar una perspectiva más objetiva, paradójicamente, porque los actores son más naturales que las personas reales".

En cuanto a los protagonistas, de Reese Whiterspoon dice que la eligió porque "representa el espíritu del sur, entiende al personaje y puede conectar con esa comunidad", y a Colin Firth ya que "tiene un talento único para comunicar ese sentido de inteligencia un poco retorcida con empatía". "Nos podría reconfortar pensar que hay una motivación, pero lo que quiero resaltar es que hay que convivir con la duda, que nada está claro, lo que nos lleva a un lugar muy extremo: al sitio donde están las fuerzas mayores, los demonios. Son cuestiones muy importantes de las que solo puedes tratar cuando algo ha ocurrido de verdad", considera.