Manuel Fernández de Sousa-Faro. / Salvador Sas (Efe)
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Fernández de Sousa admite sólo «un problema de tesorería» y niega un agujero multimillonario

La administración judicial revoca los poderes del todavía presidente ante su falta de colaboración para esclarecer las cuentas

MADRID Actualizado: Guardar
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Solo un "problema de tesorería". En tan solo tres palabras resumió este jueves el todavía presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa-Faro, la situación contable de la multinacional, tras negar la existencia de una deuda multimillonaria que superaría los 3.700 millones de euros, según distintas fuentes. "El agujero no existe y el valor (de la empresa) excede con mucho lo que apunta su pasivo", aseveró, mientras insistió en que las dificultades financieras llegaron ante la imposibilidad de renegociar algunos de los créditos bancarios que la firma tiene suscritos con más de un centenar de entidades y, sobre todo, conseguir que le facilitaran nueva liquidez (al menos, 50 millones) para afrontar los pagos más acuciantes para la continuidad de su funcionamiento "normal".

"Moralmente me siento tranquilo, lo que he hecho ha sido todo por Pescanova y no creo que deba temer a la Justicia", declaró el controvertido empresario a la cadena SER poco antes de conocer que la Audiencia Nacional le imputaba a él y su mano derecha por la presunta falsedad de las cuentas de la compañía y el supuesto aprovechamiento particular de información privilegiada. "Sí vendí acciones (antes de suspenderse su cotización y sin conocimiento del resto de socios) fue por ayudar a la empresa -trató de justificarse-, no por falta de confianza" ante la situación de insolvencia de aquella que pocas semanas después confirmarían los juzgados de lo mercantil para declarar su concurso de acreedores.

A ese respecto, Fernández de Sousa-Faro dijo también que ayudaría "en todo lo que pueda" a la administración judicial de Pescanova -que ejerce la auditora Deloitte a instancias de la CNMV- y luchará "para que no se fraccione" la multinacional, afirmación que contrasta con la aparente falta de colaboración, e incluso en algunos momentos obstrucción, de la que hablan fuentes cercanas a la primera. Tanto es así que este mismo jueves comunicó al regulador del mercado la sustitución de aquel como su representante en todas las filiales del grupo donde ejercía de administrador único, así como la revocación de sus poderes generales. El juez concursal ya advirtió meses atrás que el mantenimiento de sus facultades directivas "entrañaba evidentes riesgos" para la continuidad de la compañía.

Para los sindicatos con representación en Pescanova, las palabras de su presidente son sólo "un lavado de cara", al considerarle "culpable" de la crisis institucional y económico-financiera en que se encuentra la empresa. Asimismo, le reprochan no haber reconocido "la realidad de los hechos", "culpando" a terceros (los bancos acreedores) e incluso "dejando aún muchas cosas por explicar". Sin embargo, el presidente de la Xunta de Galicia -comunidad donde la multinacional tiene un gran peso en la economía y el empleo-, evitó criticar las declaraciones de Fernández de Sousa -solo le "interesa" que siga apostando por que "no se liquide"-, al tiempo que emplazó a los bancos acreedores a que sean "responsables" con las empresas "donde tienen intereses", en alusión a que ayuden a financiar la actividad de la compañía alimentaria.