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Florentino Pérez rompe con Mourinho

El presidente hace público que el técnico luso dejará el Madrid tras dirigir al equipo en los últimos partidos de Liga ante la Real y Osasuna y no cobrar indemnización

MADRID Actualizado: Guardar
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Florentino Pérez no podía aguantar la sensación de abandono en la que quedó el madridismo tras una derrota en la final de Copa del Rey ante el Atlético que sacudió las entrañas del club y desató todo tipo de rumores. Aunque el presidente prefería haber esperado hasta final de temporada, o al menos hasta tener completamente atado el relevo en la figura del italiano Carlo Ancelotti, no le quedó más remedio que salir a la palestra este lunes para hacer oficial la marcha de José Mourinho a final de temporada. El dirigente anunció también la convocatoria de elecciones para el 16 de junio y dijo que sería «saludable» que se presentase algún otro candidato.

Justo el mismo día en el que Iker Casillas cumplía 32 años y el Madrid celebraba el decimoquinto aniversario de la ‘séptima’, conquistada en Ámsterdan ante la Juventus con Jupp Heynckes en el banquillo, Pérez escenificó un divorcio de «mutuo acuerdo» que ya era un secreto a voces porque los ‘cónyuges’ ni se hablaban. Se vieron este lunes para analizar la situación, desarrollar una «conversación franca» y acordar su separación amistosa. «Nos hubiera gustado que continuara pero la presión era insostenible y traspasaba los límites de la normalidad con insultos y descalificaciones impropias de gente civilizada», resumió el alto dirigente, que negó tener suscrito un precontrato con otro entrenador.

Aunque Florentino evitó hablar de fracaso, garantizó que «el madridismo está más unido que nunca» y aseguró que el balance de estos tres años es «positivo porque el club ha dado un salto cualitativo, recuperado un lugar donde le corresponde y conseguido un alto nivel de intensidad y competitividad», la realidad le contradice. Los resultados no acompañaban y las heridas eran profundas, hasta el punto de que el grueso de la plantilla de jugadores había amenazado con el adiós si Mourinho seguía. El Madrid desea un cambio de estilo, menos convulsión, mejor relación entre el banquillo y la prensa y un técnico más manejable. Cerraron un pacto para que ninguna de las dos partes deba pagar la cláusula establecida en el contrato de 20 millones por romper su vinculación. Aquí paz y después gloria.

Pérez, que volvió a presumir de la «gran estabilidad institucional, económica y deportiva» del club, cortó de raíz los rumores surgidos sobre una destitución inmediata de ‘Mou’, filtrados desde el propio club horas después de caer ante el Atlético y luego desmentidos. Varios directivos pidieron al presidente que defenestrara al luso tras su plantón al Rey porque el desgaste para el club ya era insoportable. Reclamaron el ascenso para dos jornadas a José Alberto Toril, entrenador del Castilla. Se temían las ruedas de prensa próximas y algún nuevo incendio con los jugadores. Todos estos movimientos indignaron al de Setúbal, que pidió explicaciones a sus superiores y amenazó con un final todavía más conflictivo y ruidoso.

Desgaste

La sonada derrota ante los rojiblancos, la expulsión de ‘Mou’ y, sobre todo, la falta de respeto al club, a la Corona y la Federación al no subir al palco para recoger la medalla de los perdedores, precipitaron los acontecimientos. La ruptura deja un amargo sabor de boca a Florentino Pérez, ya que se trata del único entrenador al que concedió plenos poderes. Si en su día reconoció que mimó en exceso a los jugadores, tal y como le recordó este lunes un periodista al que Florentino calificó de «buen novelista», ahora su desgaste está provocado por un entrenador que ha encadenado conflictos con rivales, árbitros, organismos oficiales y los propios jugadores, arrojado piedras sobre un símbolo del madridismo como Iker Casillas y provocado un sinfín de disputas con los periodistas.

Tras el último partido liguero ante Osasuna, se marchará el entrenador más costoso del Madrid, con un suelo por encima de los diez millones de euros netos anuales, y un privilegiado porque manejó una plantilla con un valor en el mercado de más de 470 millones de euros. Renovó el verano pasado hasta 2016, pero su tercera campaña ha sido la peor, con solo la Supercopa de España celebrada. Ese trofeo «pequeñito», una Copa del Rey, lograda ante el Barça en Mestalla, y la Liga de los récords, son sus logros en tres años. Presumió el luso de haber conducido a los blancos a tres semifinales consecutivas de la Liga de Campeones, pero ese registro jamás se ha celebrado en Concha Espina. Le ha devorado la grandeza y las exigencias del club. Es el octavo técnico que trabajó con Florentino.

En el asunto de las elecciones, Florentino juega con ventaja. Estaba obligado a convocar los comicios, en principio fijados el 16 de junio, pero sabe que seguramente no se celebrarán porque las condiciones para ser candidato son leoninas. La junta directiva debe avalar el 15% del presupuesto, lo que equivale a unos 78 millones de euros, y es obligado presumir de una antigüedad como socio de al menos 20 años. Días atrás, el empresario Juan Miguel Villar Mir avanzó que no se presentaría, aunque añadió que ganaría seguro en la carrera al palco.