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El Barça apela al juego, no a la épica

Las pocas esperanzas de remontar al Bayern pasan por Messi y por recuperar la esencia sin recurrir a una sobreexcitación perjudicial

BARCELONA Actualizado: Guardar
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En contraste con la campaña de la remontada que el Real Madrid puso en funcionamiento un minuto después de la derrota por 4-1 ante el Borussia Dortmund, con mensajes desde el vestuario del Signal Iduna Park, jugadores implicados en la causa épica y medios de comunicación recurriendo una vez más al 'espíritu de Juanito', el Barça se planta a las puertas de la vuelta de su semifinal sin ninguna muestra real de tener fe en una gesta. Es la consecuencia lógica ya no solo del 4-0 de la ida, sino de la superioridad física y psicológica exhibida por el Bayern.

Al contrario de lo que se intuye que ocurrirá en el Santiago Bernabéu, el plan en el Camp Nou no es la intimidación anímica ni la sobreexcitación. Creer, pocos creen, pero todos entienden que la única forma de alcanzar el milagro pasa simplemente por jugar bien, mejor que en la ida, naturalmente. El equipo, castigado por las lesiones, afectado por la falta de rotaciones y por una mala planificación (plantilla corta), no tiene fondo ni chispa para mantener un ritmo endiablado. Además, el contragolpe del Bayern es letal y cuesta creer que el Barça se preste a un encuentro abierto. Se trata, aunque parezca extraño, de recuperar la esencia y de buscar el gol como si no hubiese que remontar nada. Y si todo fluye de forma positiva, especialmente si Messi está realmente recuperado de su lesión, podrían generarse ocasiones por calidad y por inercia. Como dijo Tito Vilanova el viernes: «Si nos ponemos 2-0 en la primera parte, quién sabe...».

Para demostrar cómo llegan los dos equipos al pulso, basta un ejemplo. El Barça tuvo día de descanso este lunes a 48 horas de la cita ante el Bayern, mientras que el equipo alemán se entrenó en Múnich a puerta cerrada tras hacerlo también el domingo. El conjunto catalán valora más la bocanada de aire fresco y unas horas de desconexión mental antes que apretar unas tuercas que ya se han pasado de rosca en varios casos, mientras que la escuadra bávara sigue fortaleciendo sus músculos y engrasando una máquina perfecta.

Messi, la esperanza, la única esperanza, sí se acercó a la Ciutat Esportiva para buscar una puesta a punto que no se intuye inmediata. El golazo del sábado en Bilbao y un par de acciones características del argentino hicieron soñar durante unas horas, pero la evidencia es que el '10' solo jugó media hora en la que ofreció destellos. Para eliminar al Bayern sería necesario un Messi al cien por cien durante 90 minutos. Y eso está por ver.

Tito Vilanova también duda respecto a la posibilidad de forzar la reaparición de Mascherano, que fue baja en la ida por lesión. Su agresividad es imprescindible sin el lesionado Puyol, pero el argentino llega muy tierno al encuentro. Con Jordi Alba sancionado, Adriano será el lateral zurdo. Y en la media Busquets sigue siendo duda por una pubalgia que podría abrir la puerta del once a Song.

Entre unas cosas y otras, en el entorno barcelonista no son pocos los que piden a sus jugadores un poco de sentido común si el Madrid elimina al Borussia Dortmund. Llevar el encuentro a una pelea cuerpo a cuerpo podría suponer que los seis apercibidos del Bayern (Lahm, Dante, Javi Martínez, Schweinsteiger, Mario Gómez y Luiz Gustavo) se perdieran una hipotética final ante el eterno rival. Si hay una vía para remontar, adelante. Pero si el tema se complica (un gol del Bayern, muchos minutos sin marcar...), mejor echar el freno de mano y a pensar en cerrar de una vez la Liga. No es una exageración. Solo es un pensamiento racional.