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Messi permite soñar al Barça

Su golazo en Bilbao reactiva la palabra 'remontada' contra el Bayern, pero al equipo le sigue faltando fuerza

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El estado de ánimo del Barça varía en función del estado físico de Messi . Si alinearle 90 minutos en Múnich fue valorado como un error debido a la evidencia de que le faltaba cambio de ritmo y chispa tras su lesión muscular en el bíceps femoral de la pierna derecha, ahora vuelve a ser la única esperanza para remontar el 4-0 ante el equipo alemán en la vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones que se disputa el miércoles en el Camp Nou. Es la consecuencia de la media hora que ofreció el '10', el sábado en San Mamés.

Hasta el minuto 58, cuando Messi entró en el campo en sustitución de Xavi, el Barça jugó con los biorritmos bajos de las últimas semanas, incluso meses. Mandando al Athletic, pero intimidando poco. Lento y previsible, cansado mentalmente y exprimido físicamente. Pero Leo salió con mejores sensaciones y lo demostró con un arranque explosivo recién entrado en el campo, dejando atrás a un par de rivales antes de combinar con un compañero. Había vuelto.

Y con apenas 10 minutos en el césped, con el Barça ya transformado y contagiado, feliz por la presencia de su líder espiritual, Messi se inventó un gol que, de no ser porque los ha marcado ya de todos los colores y formatos posibles, podría estar entre los mejores de su carrera. Driblando casi a pie parado a San José, colándose entre Herrera y Gurpegui, quien falló en su intento de hacerle falta, colocando el balón con suavidad lejos del alcance de Iraizoz.

Con el Barça ya pareciéndose al de los primeros meses de la temporada, presionando, tocando y llegando, el propio Messi peleó un balón por alto que Alexis acabó aprovechando para lograr el 1-2.

Si se hubiese acabado así el partido, quizás se habrían escuchado más voces hablando de la posibilidad de remontar el 4-0. Con Messi en forma todo es posible. Pero en los últimos minutos de San Mamés volvió a quedar claro que este Barça llega muy justo de gasolina a estas alturas del curso. Con sólo un par de arreones físicos, el Athletic empató al límite como hizo el Celta hace tres semanas, otro 2-2 regalado y cuatro puntos menos que casi hubiesen supuesto ya un título de Liga que el Barça tendrá que seguir peleando.

El gol de Messi por lo menos servirá para animar algo las horas previas al pulso ante el Bayern. Con Leo en forma se puede soñar, pero para remontar realmente tendrá que recibir la ayuda de sus compañeros en un partido en el que no se pueden encajar goles, algo que casi es una quimera para un equipo frágil en defensa y con un portero como Valdés que genera más dudas que nunca en el año en el que ha decidido anunciar que no renovará su contrato en 2014. El sábado no quiso llevar el brazalete de capitán en el transcurso del choque alegando «un problema de talla». Raro.