Los nuevos relojes que Tomtom lanzará al mercado. / Michael McLoughlin
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Los 'TomTom' se salen de la carretera

El 'smartphone' y los sistemas integrados en el coche amenazan con 'adelantar' al navegador GPS

ÁMSTERDAM Actualizado: Guardar
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Hace años muchos conductores optaron por pegar la ventosa del GPS a la luna delantera y encerrar en la guantera los mapas impresos de carretera, sentenciados a amarillear con el paso de tiempo, sobrevivir en el fondo de alguna librería o convertidos en una reliquia de gasolinera 'cañí' junto a esas cintas con versiones gruesas de los éxitos musicales del pasado verano. TomTom, junto a otras marcas como Garmin o Navigon, levantaron un 'tsunami' que cambió la forma de orientarse al volante de miles y miles de conductores en todo el mundo. Convertidos en la pasada década en uno de los grandes accesorios que regalar en Navidades o los cumpleaños, la aparición y la rapidísima evolución de los 'smartphones' ha supuesto un golpe a la línea de flotación de estos navegadores que bien podrían firmar una coalición con fabricantes de cámaras compactas, grabadoras y reproductores de música para evitar la futura extinción de estos dispositivos.

Algunos estudios llevan señalando en los últimos cursos cómo ha ido mermando el liderazgo del GPS para vehículos en favor de los teléfonos móviles. Dependiendo de la fuente a la que se recurra, el cambio de paradigma se ha consumado ya o está a punto de hacerlo. La compañía Berg Insight afirmó en un estudio que entre 2012 y 2013 el número de usuarios activos de aplicaciones pensadas para la conducción se multiplicaría hasta romper holgadamente los 200 millones en todo el mundo y en cuatro años la cifra podría ascender hasta los 300 millones. En ese mismo año, los 'equipos de salpicadero' podrían rondar los cien millones de unidades, tras una caída progresiva desde los 150 millones que la consultora estima que actualmente se usan con asiduidad. Otra encuesta reciente de J. D. Power and Associates dice que en Estados Unidos, al menos el 47% de los conductores optaría por su móvil inteligente si le diesen a elegir entre esta opción o un sistema integrado.

Conscientes de estos guarismos, los fabricantes hacen tiempo que empezaron a explorar otras vías de negocio aprovechando la experiencia acumulada en estos años. El último en dar este salto ha sido TomTom que la pasada semana presentó en Ámsterdam dos relojes pensados para deportistas. No es la primera gran marca que los fabrica. Garmin, que también vende dispositivos para barcos, ya puso en el mercado uno de estos inventos para competir con marcas como Polan. Lo novedoso de la situación es cómo el otro líder absoluto del mercado ha dado este salto, tras su experiencia previa con Nike, con quien parece seguirá trabajando. Especialmente orgullosos están en la compañía del lanzamiento del modelo 'multisport', pensado también para nadadores, ciclistas y triatletas. "Se trataba de hacer un dispositivo sencillo usando nuestra experiencia en localización. Nada complicado. Consideramos que cosas como el control por voz no son necesarias en este equipo", comenta Mark Gretton, director de desarrollo de la compañía. Esto parece abrir la puerta a nuevos modelos que, por ejemplo, sirvan para definir rutas para aquellos aficionados a la bicicleta en la ciudad.

Sin embargo, son los servicios vinculados al asfalto los que continúan vertebrando el negocio e inoculando la mayor parte de la actividad de la empresa. Aseguran que cerca del 39% de los conductores no tiene un navegador y por tanto todavía queda un segmento que atacar. En el caso de TomTom, ha renovado su gama apostando, entre otras cosas, por vistas en 3D, información del tráfico en tiempo real o recorridos condicionados por las paradas que uno tiene que hacer entre el trabajo. También cuenta con su propia opción en el App Store, pero el precio -desde poco más de 30 euros hasta 60 dependiendo la región- hace que muchos opten por 'apps' gratuitas como Google Maps, Here de Nokia o Waze, un software colaborativo donde los usuarios actualizan la información. "Yo creo que son servicios complementarios. El teléfono puede servir para trayectos en ciudad mientras que el navegador puede ser para viajes largos cuando se requiere saber limitaciones de velocidad, peajes, radares...", opina Ángel Sevillano, director de TomTom España. En el horizonte, se asoma la realidad del coche conectado, posiblidad que en el cuartel general de Ámsterdam siguen con gran interés. "No va a ser algo para lo que no estemos preparados. Ya estamos estudiando y realizando varios proyectos", avanza Gretton.