La escritora ha creado una apasionante novela cargada de memoria. / Foto: Óscar Chamorro
literatura

María Dueñas conjuga memoria y olvidos

"Los lectores tienen la llave del éxito; no hay más truco que seducirles”, dice la escritora en su regreso a la arena editorial con 'Misión olvido'

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

‘Misión olvido’ en una apasionante novela cargada de memoria. María Dueñas (Puertollano, 1964) vuelve con ella a la arena editorial tras haber colocado un millón de copias de ‘El tiempo entre costuras’. Fiel al sello ‘Temas de hoy’, la escritora está dispuesta asumir el "batacazo" que supondría no repetir cifras. Pero el golpe no llegará. Con 325.000 copias en el mercado desde hace una semana, Dueñas despacha una media de cinco mil libros diarios. Blanca Perea, la protagonista, bordea el abismo cuando arranca la narración. A lo largo de 512 páginas veremos cómo esta profesora universitaria y madre conjura la catástrofe emocional de un matrimonio hecho añicos repentinamente y cómo renace de sus cenizas. Algo que "todos podemos hacer en la vida, que en una montaña rusa que nos vapulea", dice risueña y optimista la narradora.

Preparada para "cualquier escenario", María Dueñas confia en que la novela "guste". La tenía pergeñada antes que ‘El tiempo entre costuras" pero aquel relato se cruzó, cambió tempos y calendarios y la convirtió "sin soñarlo" en toda una superventas traducida a treinta idiomas y de la que pronto tendremos una serie en la tele.

Confía Dueñas ciegamente en unos lectores, "que tienen la llave del éxito" y que "nunca o rara vez se equivocan". Espera "seducir" de nuevo a los suyos, "muy fieles y constructivos", que a buen seguro devorarán esta historia de superacion emocional protagonizada por Blanca Perea, una mujer que, además de la edad, comparte muchas cosas con su creadora, profesora universitaria y madre como la protagonista.

La historia estaba en el disco duro de la escritora manchega hasta que ‘El tiempo entre costuras se cruzó "como un tsunami" y la relegó. Quizá por eso el exitazo de la primera novela de Dueñas "no ha sido paralizante". Quiso la escritora invertir los ritmos y esta novela sobre olvidos armada de muchas memorias se ha colado ahora sobre un posible secuela de la historia de Sira Quiroga, la costurera, "que no descarto en un futuro quizá lejano".

Decidida

La Blanca de ‘Misión olvido’ "es una mujer arrojada, con voluntad y que toma decisiones". Nada que ver con la costurera Sira, "que se deja llevar por la vida y se va Marruecos arrastrada por un amor incierto. "A Sira la llevan la vida y los demás. Blanca sabe lo que quiere y qué debe hacer para lograrlo", explica la escritora.

La nueva novela es para su autora "un canto al optimismo lúcido, sensato y sosegado". Es "positiva y posibilista", reconoce. "De una situación oscura y deprimente llegamos a una luminosa. Blanca se cree a salvo pero su matrimonio salta hecho añicos y se desploman los puntales de su vida. Huye, pero es capaz de remontar, de reconstruirse, de conciliarse con su pasado", y esa reconstrucción es la columna vertebral, acaso la moraleja de la novela. "Por muchos golpes que no de la vida, que es una montaña rusa que vapulea pero siempre habrá un resquicio para ver la luz".

"No se me pasa por la cabeza escribir con moraleja, pero si la tiene esta novela, es que todos podemos levantarnos y resurgir de las caídas, y más en tiempos tan duros como los que atravesamos". "La vida y la realidad abofetean y maltratan personas, grupos, ciudades, países e imperios. Y esta novela es un trozo de vida", resume Dueñas.

Es también una indagación cariñosa y un homenaje a los intelectuales del exilio y a los hispanistas con los que la democracia ha saldado deudas pendientes. "La democracia trajo la recuperación de su memoria pero en la narrativa no tenía demasiada presencia", dice Dueñas, que convierte en personajes a Américo Castro, Luis Cernuda o Pedro Salinas. Pero sobre todo a Ramón J. Sender. "Es el más cercano a mí y el que más he leído. Es un personaje fascinante que perfilé leyendo su correspondencia con Carmen Laforet. Sufrió mucho pero jamás pasó facturas. En esas cartas se revela viejo, solo falto de cariño y vulnerable, pero no es acre con la historia, no muestra rencor y es muy conciliador", apunta Dueñas.

En el personaje de Andrés Fontana, el hispanista cuya memoria y legado rescatará Blanca, vuelca Dueñas muchos de la admiración y el respeto hacia ese Sender maduro y conciliador.

El título es un juego de palabras con el olvido pero la novela hay más memoria que recuerdo enterrado. Una misión franciscana olvidada en California es el telón de fondo y motor de la historia en buen medida. Pero también juega con el olvido "deliberado" de Blanca, con el de otros personajes, como el de Daniel Carter, el alumno de Fontana, que viajó a la España de los cincuenta, oscura y paleta, de boina y picadura, la de las bases americanas y el plan Marshall que se recrea en esta historia narrada en tres tiempos y en la que "en efecto hay olvido selectivo pero muchos recuerdos".