TAEKWONDO

Dos bazas pendientes de los petos

Brigitte Yagüe y Joel González, candidatos en un torneo marcado por petos tecnológicos

LONDRES Actualizado: Guardar
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España confía en lo que pueda pasar en el tapiz olímpico del Excel, estrenada este miércoles la competición con dos bazas reales de medallas porque así lo asumen los principales protagonistas. Joel González (-59 kilos) y Brigitte Yagüe (-48) hipotecan el trabajo de todos estos años a lo que pueda pasar en una maratoniana jornada de competición en donde se combate pensando en el estreno de los petos electrónicos. El taekwondo acepta las tecnologías, pero altera su esencia.

No todo el mundo está contento porque hay quien se ha tenido que readaptarse ante la situación, como la propia Yagüe. Es cierto que con los nuevos petos el taekwondo elimina la subjetividad arbitral e iguala los combates, privadas las grandes potencias de ese empujoncito histórico que siempre recibían. «Por fin ya no influyen tanto los árbitros», explica Jesús Tortosa, seleccionador nacional.

Los taekwondistas tienen dos sensores en el pie (empeine y planta) y activan los petos una vez contactan con la suficiente fuerza, algo similar a lo que sucede en la esgrima. Tienen margen de error mínimo, claro, pero elimina la interpretación de los jueces de esquina, que ahora solo tienen que estar pendientes de los golpes en la cabeza. «Es verdad que ya no hay fallos humanos y que se puntúa de forma más junta», acepta Yagüe, que sin embargo es la que menos beneficios ve. «No me gustan. Se hace un taekwondo diferente. Ya no impera la velocidad, la agilidad, el control de la distancia... Ahora se compite de otro modo».

Golpear a la cabeza

Se busca la cabeza porque es lo que más puntos da. En el taekwondo se celebran tres combates de dos minutos cada uno, se golpea de cintura para arriba y se concede un punto al golpe en el pecho, dos cuando es con giro, tres si es en la cabeza y cuatro si es con giro. Nico García, que entra el viernes a escena, apunta al objetivo. «A Joel González y a mí nos va bien porque buscamos mucho la cabeza», afirma.

Pero todos luchan en las mismas condiciones, así que Brigitte Yagüe, a sus 31 años, se reinventa para conseguir su sueño. «Me he tenido que adaptar. No tengo otro remedio. Mi objetivo es esta medalla y no me queda otra», suspira. La mallorquina, igual que Joel González, acepta el favoritismo que se le concede en Londres pese a los petos. Buscará la cabeza.