BALONCESTO | NBA

Gusanos en la Gran Manzana

Los Knicks están destrozando en los últimos años el prestigio de uno de los equipos más admirados del mundo

MADRID Actualizado: Guardar
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Chesley B. Sullenberger es un héroe. Lo es desde que el 15 de enero de 2009 logró amerizar de urgencia en el río Hudson de Nueva York el Airbus 320 que pilotaba, en el que viajaban 155 personas, sin que se produjera ninguna víctima mortal y evitó una catástrofe aérea.

Alguien de un perfil similar al de este piloto necesitan los Knicks, que van tan a la deriva como la aeronave que comandaba Sullenberger. La franquicia dilapida un año sí y otro también el prestigio de uno de los equipos más reconocidos y con más seguidores en el mundo y, en lugar de dar lustre a una de las grandes urbes del planeta, se han convertido en el gusano de la 'Gran Manzana'. Cierto es que los éxitos de los neoyorquinos distan mucho de los alcanzados por las dinastías de la NBA, como los Celtics, los Lakers o los Bulls, pero, aún así, comparten con Boston el mérito de ser los únicos que se mantienen en su ciudad original desde la primera temporada de la liga.

Pese a que las Knicks han contado con algunos de los mejores jugadores de la historia del baloncesto -Ewing, Willis Reed, McAdoo, Frazier, Bill Bradley-, solo dos anillos lucen en sus vitrinas, los logrados en 1970 y 1973. También han sufrido los desvaríos de parte de las figuras más polémicas y controvertidas, como Marbury o Sprewell, pagados además a precio de oro -la franquicia premia con fichas multimillonarias a los miembros de su 'roster' y es una habitual pagadora de la tasa de lujo que impone la liga por superar el límite salarial-.

Detrás de estos títulos, algunas finales, escasas temporadas de méritos, muchas decepciones y más de una humillación. La última la han añadido en la primera ronda de los 'playoffs' de esta campaña, hace unos días, cuando New York sumó la peor racha de la historia en las fases finales de la NBA. Ante Miami, han superado las doce derrotas consecutivas acumuladas en su día por los Grizzlies de Pau Gasol entre 2006 y 2009. En el tercer partido de la eliminatoria ante los Heat, llegaron a trece partidos sin conocer la victoria y, lo que es aún más sangrante, siguen sin lograr un triunfo desde que el 29 de abril de 2001 derrotaran a los Raptors.

Si a esta vergonzosa marca se le añade la estúpida lesión de Amare Stoudamire, un discurso en positivo sobre el futuro de los Knicks parece fuera de lugar en estos momentos. La máxima estrella, junto a Melo Anthony, se dañó la mano izquierda al dar un puñetazo al cristal que protegía un extintor al dirigirse al vestuario tras caer en el segundo asalto de la eliminatoria y deja tirados a sus compañeros precisamente en el momento más importante y cuando ya se estaba pagando las ausencias del sorprendente Jeremy Lin y del prometedor Iman Shumpert.

Phil Jackson, la solución

Los dirigentes de la entidad siguen insistiendo en buscar soluciones a la concatenación de desdichas y ya parece que el próximo objetivo es recuperar a Phil Jackson. El técnico más laureado de la NBA jugó en la época dorada del equipo y la franquicia le ha puesto un cheque de unos 50 millones de dólares para que el 'maestro zen' regrese a los banquillos y comande el proyecto los próximos cuatro años.

Su fichaje supondría un golpe de mando ante la amenaza de los vecinos Nets, que el próximo año abandonan New Jersey para trasladarse al más cercano Brooklyn y que, de la mano del magnate ruso Mijaíl Prójorov, pretenden robar aficionados a los Knicks para convertirse en el primer equipo de la 'Gran Manzana'.