Bocetos de proyectos del arquitecto Norman Foster. / Archivo
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Lady Foster y 'el hombre del cuaderno'

"Su férrea voluntad y la pasión por el trabajo son el motor de la vida de Norman Foster", según Elena Ochoa

MADRID Actualizado: Guardar
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La vida profesional y física de Norman Foster (Mánchester, 1935) ha estado varias veces al borde del abismo, al filo de la muerte y la bancarrota. Si remontó el vuelo fue gracias a "una voluntad de hierro y a la pasión por su trabajo, a veces dolorosa, que son el motor de su vida". Lo confirma Elena Ochoa, ladyFoster, esposa de sir Norman y productora del documental '¿Cuánto pesa su edificio sr. Foster?' ('How much does your building weigh, Mr. Foster?') que ahora se comercializa en DVD.

Es un repaso más que exhaustivo de la vida y la obra del genial alarife británico, un profesional que hace ya mucho se ganó su hueco en el Olimpo de la arquitectura, pero un cuya trayectoria aun había zonas de sombra y silencios. Unos silencios que, de haber sido por Foster jamás se hubieran roto.

Fue Elena Ochoa quien se empeñó en sacarle un "sí" y lograr el beneplácito de su marido para que un equipo de rodaje se le pegara a la espalad durante dos largos años, en un recorrido que los llevó por los rincones de los cinco continentes en los que se reparte su obra. Para que se diera voz en la película "a sus partidarios y a sus detractores".

"Quisimos que quienes criticaron alguna vez la obra de Foster lo hicieran en este documental que se tildó de hagiográfico, pero nadie lo hizo" explicaba Elena Ochoa en la sede de Ivorypress, su galería/museo y laboratorio cultural en Madrid. Allí presentó este DVD premiado como documental en media docena de festivales y ante el propio Foster, que se mantuvo mudo.

Un silente y elegante sir Norman Foster -chaqueta de pana celeste, jersey oscuro de cuello cisne, mocasines de gamuza marrón- que no levantó la vista de su cuaderno. Uno de los 'Moleskine' tamaño folio en los que este zurdo genial no deja de dibujar con su portaminas y que, según los directores del documental, son un elemento más que definitorio de su genio. Los cuadernos se hacen omnipresentes en la película e invaden todas las estancias de la casa y el estudio y en los que Foster esboza edificios, naves espaciales, aviones o vehículos "para alivio de una cabeza en constante ebullición".

Riesgo y salud

Destaca Elena Ochoa como la gran virtud de Foster esa "voluntad férrea" que cimienta su "proyecto profesional y vital". "La trayectoria de Norman Foster ha sido y es riesgo, pasión y amor a la vida", enumeró una emocionada Elena Ochoa que desveló algunas intimidades. Como que la salud de Foster sufrió dos serios reveses en la última década que amenazaron su vida. Un cáncer "con una esperanza de vida de tres meses" y un ataque cardíaco. Pudo superar ambos con quimioterapia y pasando por el quirófano, no sin contratiempos, y sin apartarse de la primera línea "lo que generó algunos malentendidos".

También refirió Ochoa fuertes reveses profesionales "que lo colocaron en varias ocasiones al borde de la ruina o la bancarrota". "Le hice ver que su vida, que nunca fue un paseo campestre, podría ser un ejemplo de perseverancia y amor propio. Para sus hijos primero, y para los arquitectos que lo están pasando fatal, que son rechazados por universidades o excluidos de concursos, o que no tiene recursos" aseguró Ochoa. "Que ellos podrían ver cómo se pueden superar las peores dificultades, los baches más hondos, y remontar el vuelo con pasión y amor por el trabajo y la vida", resumió.

"Estamos, quizá, ante el mejor documental sobre arquitectura rodado nunca; dentro de dos décadas seguirá siendo una referencia en las escuelas y entre los estudiantes" vaticinaron Elena Ochoa y Antonio Sanz.