La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, durante su comparecencia ante los medios para valorar la jornada electoral. / Foto: Efe | Vídeo: RC
la jornada electoral

Sáenz de Santamaría, mano derecha de Rajoy

La reunión ha comenzado pasadas las 17 horas en la sede nacional del partido

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Mariano Rajoy quiso demostrar a las primeras de cambio que ni el histórico éxito que obtuvo en las urnas el domingo ni la presión de los mercados internacionales, que se mantuvo pese al triunfo del PP, le harán variar sus tiempos. Esto significa que habrá que aguardar hasta el debate de investidura, en torno al 20 de diciembre, para conocer su plan para reactivar la economía y cumplir con el compromiso de reducir el déficit del Estado hasta el 4,4% en 2012.

Rajoy, pese a la expectación propia del día después de las elecciones generales, eludió las comparecencias públicas y ni siquiera permitió que fuera divulgada su intervención ante el comité ejecutivo nacional. El presidente del PP informó a la cúpula de su partido de la designación de Soraya Sáenz de Santamaría como máxima responsable de la comisión que gestionará el traspaso de poderes con el Ejecutivo saliente, según informó María Dolores de Cospedal.

La decisión de Rajoy muestra a las claras que Sáenz de Santamaría, número dos al Congreso por Madrid, es una dirigente de su totalconfianza y ocupará un lugar preferente en su primer Gobierno que se conocerá el 23 de diciembre. Hasta entonces, y según explicó Cospedal, la intención de Rajoy es mantener en secreto su composición, incluido el nombre del ministro de Economía, pese a la expectación internacional que hay sobre quién desempeñará esta delicada función.

La número dos del PP y presidenta de Castilla-La Mancha aseguró que Rajoy había transmitido su «satisfacción» tras la conversación telefónica que había mantenido con José Luis Rodríguez Zapatero, en la que ambos se habrían comprometido a un traspaso de poderes «modélico». Negó, en contra de lo que habían planteado otros dirigentes populares como Miguel Arias Cañete, que el PP quisiera saltarse los plazos legales para acometer este relevo ante la «delicada situación económica». Cospedal sí indicó que intentaría «acelerar al máximo» dicho trámite, pero siempre respetando lo que marca la ley.

Contactos «informales»

La números dos del PP aseguró que Rajoy mantendrá en los próximos días «contactos informales» con todos los grupos, salvo Amaiur, que logró siete diputados. Una decisión que justificó por su convicción de que la coalición de la izquierda abertzale «persigue objetivos que no contempla la Constitución».

No desveló, sin embargo, si el Gobierno popular impulsará la ilegalización de este grupo al que considera «heredero» de Batasuna. El PP desatendió así la propuesta de «mano abierta» que hizo Amaiur para «solucionar el problema político» que, en su opinión, hay en el País Vasco.

La secretaria general del PP subrayó que la promesa que realizó Rajoy de «contar con todos» no era «protocolaria», y empezará de inmediato las conversaciones con el PSOE, más allá de los encuentros formales para el traspaso de poderes.

El líder del PP, en su alocución a puerta cerrada, interpretó el apoyo de los españoles al cambio que ofrecía su partido como «un claro mandato para poner orden y cumplir con los deberes de España». Reafirmó el compromiso «inequívoco» con Europa y el euro, pero reclamó ayuda para solventar los problemas de la deuda soberana española. De hecho, indicó que España «no puede seguir financiándose al 7%» de intereses, y reclamó una «acción coordinada» de todas las instituciones europeas para poner fin a esta situación, en lo que pareció un llamamiento al Banco Central Europeo para que compre más deuda. También reclamó que se «premie» a los países que cumplen sus obligaciones –entre los que situó a España– frente a los que no lo hacen.

Un posicionamiento que dista del que mantenía antes de las elecciones. Rajoy, como jefe de la oposición y como candidato, responsabilizó en numerosas ocasiones al Ejecutivo socialista de las turbulencias de la deuda soberana española a la vez que reprochaba a Zapatero que intentase «escudarse» en la situación internacional.

Congreso nacional

El adelanto de los comicios obligó al PP a posponer su congreso nacional que, finalmente, se celebrará del 17 al 19 de febrero en Andalucía, según comunicó Rajoy a sus líderes regionales. La principal incógnita será si Cospedal continuará al frente de la secretaria general o delega en otra persona ante sus obligaciones como presidenta castellano-manchega. «Yo no me presento, a mí me representa el presidente del partido y, por lo tanto, habrá que esperar a conocer su decisión», respondió cuando fue preguntada sobre si optaría a repetir el cargo que ocupa desde el congreso de Valencia, celebrado en junio de 2008.

Además de Mariano Rajoy, otros dirigentes tomaron la palabra en el comité ejecutivo. Destacó la intervención de José María Aznar, ausente de los encuentros de la cúpula popular desde 2003, quien pidió para Rajoy «el mismo apoyo» que el partido le brindó a él tras ganar las generales de 1996.