Una experiencia única

Después de casi quince horas de viaje en autobús para dar la bienvenida al Pontífice... -¿Mamá, por qué nosotros no estamos cerca del altar, para ver cara a cara al Papa?. Preguntas como éstas solía hacer Iñigo a su madre a la llegada al punto de reunión.

«La verdad es que hemos aprendido muchísimo en este viaje, pero ha merecido la pena. Hemos vuelto muy contentos», asegura Rocio Mendoza, una madre gaditana. A Rocío no le importó hacer el equipaje de sus cinco hijos para acudir al encuentro familiar con el Papa. «Al convivir con otras familias de todas las partes del mundo vives una experiencia imposible de relatar», apostilló Rocío.

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La peregrina explica que lo más gratificante para ella ha sido ver a sus hijos compartir «sus cosas» con el resto de los niños que estaban allí.

«Es una alegría ver como otras familias con más hijos que yo, no sólo se organizaban, sino que además me ofrecían ayuda», aseguró Rocío Mendoza.

Ha sido tal el éxito de esta vivencia, que una de su hijas ya está pensando en su próximo viaje a México, país donde tendrá lugar el siguiente Encuentro Mundial de las Familias, para asistir junto a otras chicas y chicos de su edad a este acto.

Asimismo, a todos los padres y madres de alumnos de los colegios mayores de Grazalema y Guadalete, que compartieron viaje con esta familia, sólo se les ocurren cosas buenas que contar sobre esta reunión católica.