'Amerigo Vespucci'

'Benvenuti' al barco más bello del mundo

Pese a su asiduidad en Cádiz, el octogenario 'Amerigo Vespucci' sigue deslumbrando por su elegante silueta y la hospitalidad de su tripulación

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Non chi comincia ma quel che persevera» es el 'motto' (lema) actual que dirige al 'Amerigo Vespucci'. Hace 85 años que la nave escuela italiana entró en servicio. Hoy es la unidad más antigua de la Marina Militar del país mediterráneo. Ocho décadas y media perseverando, combatiendo y, sobre todo, sirviendo de academia a cadetes procedentes de diversos puntos del planeta. Un centenar de ellos, italianos, tunecinos, somalíes, ucranianos e incluso de Kuwait, se encuentran estos días en la Gran Regata de Cádiz. Forman parte de la tripulación (364 personas en total, sólo un 10% son mujeres) más buscada, más nombrada. Viven y cuidan el barco más querido de cuantos se encuentran atracados en el puerto gaditano desde el pasado jueves.

El ‘Amerigo Vespucci’ pasea el nombre del navegante y cartógrafo florentino al que se le atribuye un papel fundamental en el descubrimiento del Nuevo Continente. Gemela del 'Cristoforo Colombo', que cayó en aguas soviéticas durante la IIGuerra Mundial, la nave 'Amerigo Vespucci' ostenta el título de «la más bella del mundo». Razones estéticas no le faltan. Obviamente. Al trabajadísimo aspecto externo, hay que sumar el esmerado trato de la tripulación. La consabida gentileza italiana alcanza el sumo a bordo. Como el 'Juan Sebastián de Elcano', el buque más querido de la Armada Española, este barco escuela cumple un trabajo fundamental de embajador flotante. En ausencia del primero en esta Gran Regata de Cádiz, (oficialmente se encuentra en parada técnica antes de emprender en menos de un mes un nuevo Crucero de Instrucción), el ‘Amerigo Vespucci’ se ha convertido en la gran estrella de la cita. Está atracado en el muelle Reina Sofía, y son largas las colas que registra para subir a su cubierta. El jueves, jornada inaugural de la regata, sólo abrió sus puertas un par de horas durante la noche, pero la expectación por el barco italiano se respiraba desde primera hora de la mañana. El primer almuerzo de las autoridades locales, ese mismo día, fue en uno de sus salones. El Capitán de Navío Curzio Pacifici ejerció de anfitrión.

imagen

En un hora de visitas, sobrepasa ampliamente el millar de personas subiendo por su alta escala. Hoy será el último buque en salir del muelle gaditano. Más tiempo para disfrutar de la silueta de este emblemático barco que, pese a la asiduidad con la que visita Cádiz, continúa impresionando al público local.

Elegante, el ‘Amerigo Vespucci’ lleva grabado en oro en proa el rostro del personaje que le da nombre. La cubierta de teca de Birmania es diariamente pulida con sosa cáustica por la tripulación, que combina la instrucción académica con la rutina de una vida a bordo. Todo brilla en esta carismática fragata de tres mástiles y diseño basado en un buque del siglo XVIII, con dos cubiertas de artillería.

Acuerdos a bordo

El soberbio bauprés es uno de los rincones más fotografiados por los visitantes gaditanos, que también quedan maravillados por la imponente vela. Contemplar su despliegue (4.000 metros cuadrados) supone un espectáculo. Se necesita más de dos horas y el esfuerzo de 200 personas.

El interior de la nave es igualmente bellísima, aunque su entrada esté restringida para el visitante. La gran joya de todas estas dependencias es la Sala Concilio, donde el Capitán despacha a las autoridades y se firman diversos acuerdos de cooperación habida cuenta de la función embajadora de la fragata octogenaria. En su libro de firmas, el mismo en el que ha dejado su impronta el alcalde José María González, ha escrito la mismísima Reina Isabel II de Inglaterra. Dos cuadros enfrentados recuerdan la vinculación de la costa andaluza con la conquista del Nuevo Mundo: Cádiz y Palos de la Frontera. El ‘Amerigo Vespucci’ duerme en el Mediterráneo, pero tiene alma atlántica.

imagen

Este 2016 ha cumplido 85 años, tiempo en el que no ha cesado de realizar viajes de instrucción, a excepción de los años 1940, 1944 (por enfrentamientos bélicos) y 1964 y 1973 (por reformas). Para celebrar el aniversario, ha llevado a cabo una campaña por una quincena de ciudades italianas. Zarpó de Livorno el pasado día 7 de julio para iniciar su 80ª campaña de instrucción. Este año el programa incluye el Mediterráneo occidental, el Océano Atlántico, el Mar del Norte y el Mar Escandinavo. En España volverá a recalar, en Valencia, del 24 al 27 de septiembre. Para seguir demostrando que es el barco más bello del mundo.

Pizza durante la guardia

Como en todo buque escuela, los cadetes del ‘Amerigo Vespucci’ cursan los estudios más técnicos a la par que aprenden de la sacrificada vida a bordo. La jornada empieza muy temprano para la tripulación. Lo primero que tienen que hacer los alumnos es recoger las hamacas donde duermen. «Es divertido», dice un joven cadete a cerca de su descanso en el suelo. Y cómo no, en un barco italiano, huele a pasta. Para sentirse como en casa. Durante la navegación, se sirve todas las madrugadas pizza para los encargados de la guardia.

Ver los comentarios