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Los faros de Cádiz alumbran a la cultura

La propuesta de Fomento de transformar estos elementos en hoteles exclusivos no cala en la provincia

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Al abrigo de su haz de luz navegan grandes historias que no han sido contadas. Sus almenaras han sido testigo de encuentros y despedidas, de viajes que llegaron a buen puerto y de naufragios que se olvidaron en la memoria. Algunos, como el faro de Trafalgar, pasaron a formar parte de la historia escrita al convertirse en testigos mudos de una desafortunada batalla mientras que otros, como el de Cabo de Roche, aún cumplen con su misión de guiar el camino de los pescadores que se buscan la vida en alta mar y deben regresar a sus casas.

A pesar de los años, los faros siguen estando rodeados de ese halo de misterio promovido por una luz que nunca se apaga, ni de noche ni de día, siempre acompañando al navegante. Por eso, no es de extrañar que el pasado mes de diciembre el Ministerio de Fomento sorprendiera a la inversión privada al anunciar su intención de sacar el máximo provecho a la historia que guardan entre sus paredes y convertir estos elementos patrimoniales en pequeños hoteles con encanto, eso sí, a precio exclusivo. Su ubicación, en la gran mayoría de los casos en lugares inmejorables de la costa española, es ya de por sí una razón para ir a visitarlos, pero si a eso le sumamos la posibilidad de alojarse en un pequeño hotel de reducidas habitaciones y con encanto, la idea se vende sola. Eso es lo que se pensó desde el Ministerio de Fomento al dar a conocer la posibilidad de que la inversión privada se haga cargo de la gestión de los faros. De momento, ya han constituido un grupo de trabajo que será el que desarrolle esta propuesta y dará a conocer sus conclusiones a lo largo del próximo mes de marzo pero, a priori, la intención del Ministerio es compaginar el uso del faro con la explotación de un pequeño establecimiento hostelero en los edificios anexos que suelen rodear a las torres. Desde Puertos del Estado, la autoridad competente en esta materia, avanzan que en España hay al menos siete faros que cuentan con un pequeño servicio de hostelería aunque la posibilidad de alojarse era algo impensable hasta este momento. Ahora quieren dar un paso más e imitar lo que ya se está haciendo en Europa en países como Noruega, Croacia o Gran Bretaña.

No es cosa fácil de resolver pues muchos de los faros españoles se encuentran dentro de parques naturales, están abandonados o tienen un difícil acceso por lo que se necesitará una gran inversión y paciencia para superar los escollos burocráticos.

De los 187 faros que existen en España, una veintena de ellos se encuentran en la provincia de Cádiz, aunque tan sólo una quincena conservan sus mecanismos lumínicos y se encuentran en funcionamiento. Sin embargo, no todos acaparan por igual el interés del público ni de los empresarios. Desde Puerto del Estado aseguran que han recibido «numerosas llamadas» de particulares interesándose por los detalles que marcarán la concesión para la explotación de los edificios anexos de los faros como hoteles pero «aún es pronto» para hablar de números. Desde las autoridades portuarias de Cádiz, Algeciras y Sevilla (las tres que tienen competencias sobre los faros que se encuentran en la provincia), aseguran que hasta la fecha no han recibido ninguna solicitud formal sobre el proyecto del Ministerio de Fomento.

Diversos empresarios de la provincia que combinan el patrimonio cultural con el turismo han acogido de buena gana la propuesta. Belén González, gerente de la Torre Tavira en Cádiz, sabe bien lo que es explotar un bien cultural. «La fórmula que han planteado es muy positiva», asegura, «porque por una parte la entrada de la inversión privada garantizará el mantenimiento y el buen funcionamiento de los faros y a su vez el empresario podrá crear riqueza y empleo». Ella lo lleva haciendo desde hace años con la Torre Tavira. «El patrimonio es como una casa y si no se usa se acabará perdiendo». Ahora bien, matiza que «aún sin conocer a fondo los requisitos del proyecto, cualquier cosa que se haga deberá ser respetuosa con el entorno en el que se encuentra para no perder su valor». En esta misma línea se expresa Germán Garvarino, responsable de Monumentos Alavista, quien confía en la buena acogida que tendrá la propuesta. «Actualmente existe un gran mercado que busca la exclusividad. El turismo de sol y playa ya se puede encontrar en cualquier costa, ahora lo que prefieren es alojarse en un sitio único y buscar la esencia de lo auténtico. La posibilidad de dormir a los pies de un faro lo es».

Los candidatos

A pesar de la diversidad de faros que se levantan a lo largo de la costa gaditana, no todos cuentan con los elementos necesarios para formar parte de esta red hostelera. El faro de Rota, por ejemplo, el de La Línea ubicado en la Sierra de Carbonera o el de Tarifa, en Cabo Plata carecen de edificios anexos por lo que quedarían descartados. No es el caso del faro de Chipiona, el más alto de España, tercero de Europa y quinto del mundo con sus cerca de 69 metros y sus 150 años de historia. De hecho, la propuesta de Fomento ha sido acogida con cierta inquietud en la localidad pues llevan años solicitando que se dote al faro de un uso cultural y convertirlo en un museo. Desde la Asociación Cultural Caepionis insisten en que el municipio dispone ya de suficientes establecimientos destinados al alojamiento o a la restauración por lo que prefieren que el faro tenga un uso cultural. En esta misma línea también se han pronunciado desde el Ayuntamiento desde donde recuerdan que, coincidiendo con la celebración del 150 aniversario de la colocación de la primera piedra del faro, solicitaron a la Autoridad Portuaria de Sevilla poder abrir el museo al público, disponer de dos salas expositivas y de una muestra en el patio central.

Otro de los faros que pueden captar el interés de la iniciativa privada es el de Punta Carnero en el término municipal de Algeciras; sin embargo, su ubicación se trata de un arma de doble filo pues se encuentra inmerso en el Parque Natural de El Estrecho con las ventajas que puede tener para atraer al turismo pero a su vez con los impedimentos de desarrollar un proyecto sostenible con el medio ambiente. Además, los impulsores de crear un hotel en este faro deben de tener en cuenta la particularidad de la zona puesto que la carretera que une Tarifa con la isla en la que se levanta el faro suele quedar cortada a menudo cuando sopla el fuerte viento de levante. Otro de los candidatos podría ser el faro de Tarifa aunque la posibilidad es bastante remota puesto que en la actualidad alberga en los edificios anexos a la torre un Centro Internamiento de Extranjeros (CIE), que depende del CIE de Algeciras y el acceso a la zona es limitado.

Más cerca, en plena capital de gaditana y vecino a La Caleta, el faro de San Sebastián podría venderse como un lugar insólito donde pasar la noche. No sólo porque se encuentra dentro de la fortaleza del castillo que acaba de ser restaurada sino porque está en pleno corazón de la ciudad. El Ayuntamiento de Cádiz incide en que las competencias del faro corresponde al Ministerio de Fomento y sería esta Administración quien debe estimar el uso más apropiado para el faro; sin embargo, a la hora de mostrar sus preferencias, opta por seguir dotando a la zona de un uso cultural al alcance de ciudadanos y turistas.