día mundial contra el ruido

¿El ruido de nuestra casa perjudica a nuestros hijos?

La OMS alerta a los padres de que no estamos protegiendo a nuestros hijos de la contaminación acústica y que el ruido de nuestros hogares provoca estrés y falta de concentración en los más pequeños

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El ruido de la lavadora, el frigorífico, la televisión de fondo, la madre o el padre que grita cuando el hijo no obedece, la radio a más volumen del recomendado, los padres que discuten a grito pelado, el perro que ladra cada vez que suena el timbre que además está también bastante alto... Estos son algunos de los ruidos comunes a los que se ven sometidos los más pequeños cuando están en casa. ¿Es nuestro hogar una fuente más de contaminación acústica o logramos convertirlo en un lugar pacífico en el que nuestros hijos se libran del estrés al que están sometidos habitualmente fuera?

Hoy, 24 de abril, se celebra el Día Mundial contra el Ruido. España es el segundo país con mayor índice de ruido del mundo. Según la OMS todo sonido superior a 65 decibelios (una conversación a un nivel normal) se considera perjudicial y en los niños puede provocar estrés, falta de concentración, disminución de la capacidad de aprendizaje y problemas en la adquisición del lenguaje. Complicaciones bastante graves como para dejarlas pasar.

También hay que ser realistas. Vivimos en una sociedad rodeada de bares, terrazas, espectáculos infantiles ensordecedores, zonas recreativas con música demasiada alta, juguetes con sirenas, etc. Millones de niños, sobre todo del mundo desarrollado, están expuestos regularmente a niveles peligrosos de sonido y poco podemos hacer.

Como padres responsables, podemos dar ejemplo bajando el volumen de todos los aparatos de sonido en la casa y usando protectores auditivos contra otras fuentes de ruidos como herramientas y aspiradores de polvo, y además debemos animar a los hijos a usar protección para los oídos (tapones o amortiguadores) en ambientes ruidosos.

Un indicativo sencillo de alerta que podemos utilizar es «si tenemos que levantar la voz para que nos oigan, el ruido está siendo excesivo».

Además, es importante intentar que nuestros hijos se relajen en casa y cuando se vaya acercando la hora de dormir puedan estar a unos niveles de sonido recomendables que no les provoquen estrés ni les dificulte conciliar el sueño. Como siempre, nuestra concienciación y responsabilidad ante un tema hará que ellos también lo tengan en cuenta y se traducirá en mayor salud acústica para todos.

Fuente: Mibebeblog