La lluvia frustra por tercer año la jornada del Viernes Santo en Cádiz

Los peores pronósticos se confirmaron y la lluvia hizo acto de presencia en la tarde noche del Viernes Santo. Lo hizo con la suficiente intensidad y dureza para motivar la renuncia a la salida de tres hermandades y el regreso a la carrera de la única que se atrevió a salir, Expiración. El día comenzó media hora más tarde de lo previsto. Ese fue el tiempo que Expiración atrasó su salida desde la parroquia de Santo Ángel. A las 17.30 horas comenzaba a salir el Cristo de la Expiración, tras hacerlo los tramos de penitentes. Con rapidez, la hermandad castrense comenzaba su caminar hacia Catedral.

Mientras, en San Lorenzo, la decisión estaba clara. Por tercer Viernes Santo, la Virgen de los Dolores se quedaba en su templo. La salida estaba prevista para las 19.45 horas y fue remplazada por el rezo del Ejercicio de las Cinco Llagas, presidido por la reliquia del Lignum Crucis, y la Corona Dolorosa. Una hora antes de este momento, a las 18.45 horas, los hermanos de la Orden llegaban al templo con la certeza de que no habría salida. Certeza refrendada por el hecho de que justo a esa hora la lluvia hacía acto de presencia. Agua que pillaba a Expiración por la plaza de la las Flores. La hermandad aceleró el paso y se refugió en Catedral, donde hizo estación de penitencia.

A la decisión de Servitas, se sumó Siete Palabras que tampoco lo dudó en su "no" a procesionar. Todo ello como culmen a un año muy complicado en el que la cofradía cerca estuvo de la extinción y después de exornar un paso con evidente cambio y acierto estético (la presencia de los faroles de Sagrada Cena engrandecían especialmente las andas). No pudo ser y la estación de penitencia en la Catedral se remplazó por un Vía Crucis, dirigido por el sacerdote Pedro Rodríguez Molina. La misma decisión tomó Buena Muerte que, por tercer año, se quedaba en San Agustín. La salida fue sustituida por el rezo del Ejercicio de las CInco Llagas en un día en el que la Iglesia está de luto.

Tan solo quedaba Expiración en la calle a la que el agua sorprendió justo a la salida de Catedral. En cualquier caso, la hermandad descartaba quedarse en el Primer Templo, como ya hiciera el Martes Santo Columna. Emprendía a paso tambor su regreso a Santo Ángel cuando el agua le sorprendía con especial virulencia en Carrera Oficial. La cofradía aceleró el paso aún más en un esfuerzo ímprobo de cuadrillas y hermanos. Finalmente la corporación se recogía en torno a las 22.00 horas, no sin antes sufrir los estragos de otro intenso chubasco que pilló al Cristo en el cancel de la Castrense y a la Virgen de la Victoria camino de él.

Por último, ya en la madrugada del Sábado Santo, Ecce Mater Tua también decidía no salir. Abría las puertas del templo y con la Dolorosa enmarcada en el dintel, animaba al público en la calle a esas horas, a contemplar a la Virgen. Terminaba así un Viernes Santo frustrado y accidentado, con la esperanza de que hoy sí, el traslado de Columna y la salida de Santo Entierro fuera una realidad.