«En el Oratorio empezó todo»

La Cumbre debía y tenía que pasar por el Oratorio de San Felipe Neri. Era una parada obligada dentro del intenso programa y el símbolo de la unión que durante estos días escenifican los principales mandatarios políticos de uno y otro lado del Atlántico. Si Cádiz no hubiera escrito su historia en el interior de este templo barroco, probablemente este evento internacional nunca se hubiera fijado en esta ciudad para festejar un acontecimiento de esta repercusión. Y es que tal y como dijo ayer el director del Centro de Estudios Constitucionales, Benigno Pendás: «Aquí, en el Oratorio, empezó todo». Por eso, el espíritu de La Pepa volvió a revivir durante poco más de media hora en el histórico edificio, que reunió a los representantes de todas las delegaciones que participan en la Cumbre Iberoamericana.

Más de dos siglos después y en plena celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812, los principales jefes de Estado y de Gobierno de España e Iberoamérica, se dieron cita en el mismo hemiciclo en el que los diputados doceañistas aprobaron y promulgaron la primera Constitución liberal, que pondría fin al Antiguo Régimen y abriría un nuevo camino político, social y cultural.

De las primeras en llegar a esta simbólica visita fue la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, que junto al Obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, y al secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, recibió al presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán y al presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, que acudió acompañado por su esposa, Elvira Fernández. Acto seguido, hicieron su entrada los Reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofía, así como los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia. Los mandatarios españoles saludaron a todos los representantes y, acto seguido, posaron en familia en una histórica estampa que quedará para siempre en los libros de historia de España y, en especial, de la capital gaditana.

La historia de Cádiz

Además, el nombre de Cádiz, su historia y sus señas de identidad también pudieron darse a conocer a los mandatarios durante la visita, en la que Benigno Pendás hizo un breve pero exhaustivo recorrido por los principales acontecimientos que han marcado la vida de la ciudad y del edificio que albergó la visita. «Aquí empezó todo», relató el director del Centro de Estudios Constitucionales a todos los presentes, a la vez que puso de relieve el significado de la Carta Magna que nació en Cádiz. «La Pepa, con sus grandezas, es el símbolo de la libertad y de la virtud cívica. Gracias a ella, el Gobierno tiene por objeto la felicidad de la Nación y el bienestar de sus ciudadanos», concluyó su discurso el historiador. A partir de este acontecimiento político de primer orden, Benigno Pendás, narró el contexto social y político de Cádiz en 1812 y puso de relieve la aportación del texto constitucional a la historia de Europa y su influencia en los países latinoamericanos. «La Pepa cumple con holgura los requisitos del texto constitucional, en el que se aprobaron la soberanía nacional, la división de poderes y el reconocimiento y la garantía de los derechos humanos. Las Cortes de Cádiz adoptaron medidas que suponen el fin del Antiguo Régimen y la aprobación de la libertad de imprenta y la supresión de la censura», apostilló.

Otros capítulos más tradicionales de la historia de Cádiz tampoco pasaron desapercibidos para Pendás, que recordó anécdotas como la que apunta que «con las bombas que tiran los fanfarrones se hacen las gaditanas tirabuzones» o el sobrenombre de ‘La Tacita de Plata’, que acuñó la ciudad «por ser limpia y pulcra», agregó.

Y entre los sones de Hyden y su composición para el Oratorio de Santa Cueva, y las preguntas que algunos mandatarios hacían a la alcaldesa de la ciudad acerca del templo, fueron saliendo del Oratorio, 200 años después, los encargados de seguir velando por la esencia de un texto que, hoy más que nunca, está de actualidad.