Principales usos.
EN EL LABORATORIO

Cirugía robótica, el quirofano del siglo XXI

El sistema Da Vinci aporta más precisión,mejor visualización y menor agresión quirúrgica

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Cuatro brazos robóticos intervienen directamente sobre el paciente. El cirujano los maneja a distancia desde una consola separada unos metros de la mesa de operaciones. Mayor precisión, menor agresión y eliminación del temblor natural de la mano del cirujano son las principales ventajas que ofrece el robot quirúrgico (Da Vinci). Un equipo de última generación que en los últimos años se está imponiendo en diferentes tipos de cirugías, especialmente, en la de cáncer de próstata, en la que los beneficios del robot están más que probados. La principal finalidad del equipo quirúrgico robótico: realizar cirugías con la menor agresión quirúrgica posible y mejorar los resultados funcionales.

La Clínica Universidad de Navarra es el primer centro hospitalario español que ha utilizado el procedimiento robótico en otras patologías como las de cavidad oral o la tiroidea. De este modo, especialistas del Departamento de Otorrinolaringología de la Clínica han intervenido con éxito varios casos de Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño, con extirpación de una parte de la amígdala lingual. También han operado nódulos de tiroides, evitando la cicatriz cervical mediante un abordaje transaxilar.

Para tumores de próstata

La prostatectomía radical (dirigida a extirpar tumores de próstata) es la intervención quirúrgica más extendida de todas las que se realizan con este sistema, motivo por el que los primeros especialistas de la Clínica en operar con el robot han sido los urólogos. En general, las principales ventajas de la cirugía robótica empiezan por una curva de aprendizaje más corta, mayor comodidad del área de trabajo dada la elevada ergonomía del equipo y la visualización en tres dimensiones, de la que adolecen otros procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos como son los laparoscópicos.

El instrumental está diseñado de forma que permite obtener 7 grados de libertad de movimiento, prácticamente similar a la movilidad de la mano del cirujano, a diferencia de la cirugía laparoscópica convencional que permite solo 4 grados de libertad de movimiento.

En la intervención de prostatectomía radical asistida por robot los principales beneficios que aporta el avanzado equipamiento son una más temprana recuperación del control miccional dentro de los tres primeros meses, mayor confort y menor tiempo postoperatorio con respecto a la cirugía abierta, ya que la precisión en la disección de los tejidos es mucho mayor. En esta línea, la preservación de las bandeletas o nervios erectores también se consigue en mayor proporción de pacientes, lo que favorece una conservación más efectiva de la potencia sexual, además de una mayor integridad del esfínter de la uretra gracias a una disección mucho más fina y anatómica.

La pérdida de sangre durante la intervención y por tanto la necesidad de transfusiones disminuye en un 25% respecto a otro tipo de cirugías, así como el ingreso hospitalario.

Partes del equipo quirúrgico

El sistema robótico consta de tres elementos principales. El dispositivo en el que se integran los cuatro brazos se denomina carro del paciente. A su vez, los brazos articulados son los encargados de portar el instrumental quirúrgico con el que se opera directamente al paciente. De los cuatro, uno es el que incorpora la cámara que transmite, desde el interior del área quirúrgica hasta la consola donde permanece el cirujano, las imágenes en tres dimensiones de la región que se está interviniendo.

Un segundo elemento del sistema robótico lo constituye la ya mencionada consola del cirujano, verdadero ‘centro de control’ del equipo. Este componente se sitúa fuera de la zona estéril del quirófano, a unos metros de la mesa de operaciones. Desde él, el cirujano controla con sus manos, a través de dos mandos o manipuladores, los instrumentos incorporados en los brazos articulados, además del endoscopio que le envía las imágenes en tres dimensiones. La consola cuenta también con pedales, ya que parte del instrumental se puede controlar también con los pies.

El equipo proporciona al especialista una visión en tres dimensiones, con profundidad de campo y una óptica hasta de 12 aumentos, muy superior a la que ofrece la laparoscopia. Este conjunto de características ópticas dota al cirujano de una mayor precisión en sus movimientos. A la vez, la ergonomía del sistema permite la misma destreza de movimientos que en la cirugía abierta.

El tercer componente del equipo es el denominado carro de visión, en el que se integra el sistema de procesamiento de imágenes y de cuya configuración se encarga un profesional que no debe situarse necesariamente en el campo estéril del quirófano. En este componente se integra un monitor de pantalla táctil.

Otras indicaciones

Además de la prostatectomía radical, la Clínica emplea el equipo robótico en otro tipo de intervenciones propias de los especialistas en Otorrinolaringología, como las ya mencionadas. Tiene, asimismo, posibilidad de ser utilizada en indicaciones propias de otras especialidades como Ginecología, Cirugía General, Cirugía Cardio-Torácica, Cirugía Pediátrica y, todavía en desarrollo, Neurocirugía.