ESTRUCTURAS. Algunas datan del siglo XII y otras del XIV. / J. C. CORCHADO
Jerez

Nuevas catas arqueológicas dejan al descubierto restos almohades en la calle Liebre

Entre los hallazgos se encuentran diversas jarras y ollas que serán sometidas a estudio en los próximos meses Un silo de grandes dimensiones es otro descubrimiento

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Pasear por los barrios de San Mateo y San Lucas es adentrarse en parte de la historia de la ciudad. Bajo las casas que se encuentran ahora levantadas hay restos de una localidad marcada por un fuerte presencia musulmana y por la posterior reconquista, una etapa que determinó su desarrollo económico y urbanístico.

De hecho, uno de los principales monumentos de Jerez, su Alcázar, pertenece a los siglos XI y XII, mientras que una de las joyas de la Diócesis Asidonia Jerez, la iglesia de Santiago (que ahora afronta una compleja restauración), fue levantada en pleno siglo XIII. Coincidiendo con estas fechas -mediados del siglo XII y buena parte del siglo XIII-, en la calle Liebre la vida fluía con insistencia y buen prueba de ello son los restos arqueológicos que recientemente han sido hallados en ella.

Unas catas, a la altura del número dos de la vía, han dejado al descubierto una serie de fosas tipo basureros, además de un enorme silo (posiblemente usado como almacén) de la época almohade que confirman la importancia de esta zona en época musulmana, ya que, como reconocen desde la propia Delegación Provincial de Cultura, estas calles se encuentran inundadas de estructuras similares como, por ejemplo, las que ya aparecieron en la corredera Palma o en la misma Liebre, esquina con Ánima.

No obstante, lo más interesante de este descubrimiento tal vez sea la enorme cantidad de restos cerámicos que han aparecido. De esta forma, todo tipo de jarras y ollas están siendo recuperadas para ser sometidas a un estudio detallado. Estos instrumentos servirán para conocer mejor la vida diaria de la ciudad en esos años.

Además de ello, y a medida que el grupo de arqueólogos que encabeza Agustín Vázquez han ido trabajando en el solar, han localizado también una serie de estructuras murianas relacionadas entre sí y pertenecientes todas ellas a un mismo marco cronológico que, en esta ocasión, se sitúa en el siglo XIV, entrando ya en la época bajomedieval. Asimismo, han hallado un arco que pertenece a un tipo de cimentación creada para salvar el silo en el que está asentado, aunque en un primer momento se pensó que podría estar vinculado a un baño árabe. Este arco parece que pertenece al siglo XVI.

Son una serie de restos que marcan la evolución de una zona desde mediados del siglo XII hasta el XVI y que han estado ocultos hasta ahora, como tantas otras huellas que nos dirigen al pasado de Jerez y que poco a poco comienzan a resurgir para dar más detalles del origen de esta urbe.